Culiacán: un territorio paralizado y atormentado por el narco

La violencia que vive actualmente la región provocó la suspensión de clases y festejos patrios.

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Culiacán: un territorio paralizado y atormentado por el narco. (Foto: El diario de Coahuila)
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En 2020, el estado de Sinaloa fue azotado por la pandemia de Covid-19, causando la muerte de miles de personas y cuatro años después, la tragedia sigue rondando aquella región, sin embargo, no en forma de una enfermedad.

Actualmente, Sinaloa vive los días con miedo ante los asesinatos, balaceras y violencia ocasionada por dos grupos criminales que están fraccionando el territorio frente a los habitantes de Culiacán.

Esa misma ola de violencia está aterrorizando a Navolato, Elota, Eldorado, San Ignacio y Cosalá.

Como hace cuatro años, miles de personas tienen como principal opción para no morir el quedarse en casa, para no ser alcanzados por una bala. No es exageración, ya van 12 asesinatos en tan solo cuatro días, en algunos casos de quienes han quedado en medio del fuego cruzado.

La pugna es entre dos grupos de la misma organización: el Cártel de Sinaloa. No hay una definición oficial de quiénes se están atacando, pero los testimonios de decenas de pobladores de pueblos como Quilá, Higueras de Abuya y El Salado (por nombrar solo unos cuantos) revelan que "hay una limpia de 'Chapitos'". 

Esto comenzó con la detención de Ismael Zambada García, ‘El Mayo’, el 25 de julio, día en el que según la versión del capo fue convocado a un rancho en Huertos del Pedregal, por Joaquín Guzmán López; pero todo fue una presunta trampa para someterlo y llevarlo a la fuerza hacia Estados Unidos, donde finalmente fue aprehendido.

Cuatro días de guerra en Culiacán 

Desde ese día existe tensión en la población, pero no fue sino hasta el 9 de septiembre cuando la violencia comenzó a escalar, por ahora, sin cesar, con al menos 13 enfrentamientos, los 12 homicidios, 20 desapariciones forzadas y 31 vehículos robados, de acuerdo con datos de la Fiscalía General del Estado. 

Ese 9 de septiembre se suspendieron actividades escolares en el oriente de la ciudad por un enfrentamiento, lo que provocó que un 30 por ciento de estudiantes, entre niñas, niños, adolescentes y jóvenes, no acudieran a las escuelas, de acuerdo con datos de la Secretaría de Educación Pública.

Al día siguiente, se prolongó la violencia con más enfrentamientos en rancherías alrededor de Culiacán, y en municipios como Elota y Cosalá, por lo que el ausentismo llegó a ser mayor.

La Secretaría de Educación Pública y Cultura de Sinaloa envió oficios para que se regresara, como sea, de manera presencial. El problema radicó, han dicho maestras, que no cuentan ni saben de protocolos para cuidar a niñas y niños en caso de una emergencia.

"A nosotros como personal docente nos están enviando comunicados para exigirnos que nos presentemos... ya con esta encuesta puedo dar fe que no solo nosotros como personal docente tenemos miedo, sino también ustedes como padres de familia", dijo una directora de un plantel a un grupo de padres y madres.

El ausentismo, la presión de maestras y la violencia rebasó a las autoridades locales, las cuales decretaron una suspensión de actividades escolares que seguirá hasta regresar el 16 de septiembre.

Esta violencia provocó también la suspensión de las fiestas de celebración del Grito de Independencia programadas para la noche del 15 de septiembre.

Con información de Reforma 

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