La Cumbre Mundial de los Premios Nobel de la Paz culminó ayer en Monterrey, con un llamado urgente a detener los conflictos armados, evitar el uso de armas nucleares y defender los derechos humanos en todo el mundo. 

Durante tres días, destacados pacifistas participaron en paneles y debates, enfocados en los retos actuales para la paz global. 

La declaración final fue presentada por el activista y ganador del Nobel en 2014 por su trabajo en favor de la infancia, Kailash Satyarthi, quien habló en nombre de los galardonados y activistas.

"Reafirmamos nuestra convicción de que la guerra es un instrumento inaceptable de la política y que las disputas deben resolverse mediante la diplomacia y la negociación de acuerdo con el derecho internacional humanitario. En este trágico y extremadamente peligroso momento de la historia condenamos la muerte de civiles en todas las partes involucradas en el conflicto del Medio Oriente".

También llamó a detener los ataques a Gaza y Ucrania, a la retirada de fuerzas israelíes y rusas, respectivamente, y a permitir la entrada de ayuda humanitaria para que las poblaciones puedan reconstruir sus comunidades.

"Ambos conflictos tienen el potencial de escalar hacia una guerra nuclear, lo que sería el mayor desastre humanitario", advirtió Satyarthi, quien hizo un llamado a las naciones que poseen estos armamentos para nunca utilizarlos y eliminar arsenales.

Pidió el alto a la guerra en otros territorios afectados, condenó la violación de derechos de niñas y mujeres en Afganistán y urgió a garantizar las libertades de todas las poblaciones, en especial de aquellas más vulnerables. 

"Debemos crear un orden mundial basado en nuestra humanidad común y nuestra compasión", expresó, "en la democracia, justicia, estado de derecho y el respeto por la dignidad y la libertad de cada hombre, mujer y niño".

En la edición 19 de esta Cumbre participaron más de una decena de galardonados con el Nobel de la Paz, entre ellos Lech Walesa, Rigoberta Menchú, Óscar Arias y Shirin Ebadi.

Ekaterina Zagladina, presidenta de la Cumbre, llamó a hacer paz con uno para lograr cambios.

"Esta semana hemos reunido lo mejor de la inteligencia y de la voluntad humana para reafirmar una verdad universal: sólo es posible un mundo cuando se encuentra la paz en el corazón. La primera tarea que tenemos es la de reconciliarnos con nosotros mismos y buscar la luz que habita en nuestro interior".

Durante la clausura también se entregó el ‘Peace Summit Award’ a Carlos Slim y el ‘Music Ambassador for Peace’ a la cantautora, Natalia Lafourcade.

Con información de Reforma