Alejandro Castro/SIPSE
CANCÚN, Q. Roo.- Luego de varias iniciativas que buscaban la desaparición de los delfinarios, la Asociación Mexicana de Hábitats para la Interacción y Protección de Mamíferos Marinos (AMHMAR) sostuvo que actualmente no enfrentan ninguna propuesta de ley con el mismo fin.

En conferencia de prensa, Claudia Pérez Salas, directora ejecutiva de la asociación, sostuvo que únicamente en la Ciudad de México se prohibió la operación de centros con mamíferos en cautiverio, no así para el resto de la República.

En Quintana Roo hay 21 de los 28 delfinarios que operan en el país y que atienden a más de 2.2 millones de visitantes anualmente.

Pérez Salazar aseveró que las protestas por parte de grupos ambientalistas carecen de sustento científico para afirmar que existe maltrato animal dentro de los parques cuyo atractivo son estos mamíferos.

“No hay ninguna réplica en ningún otro estado de la República, se está operando sin contratiempos”, apuntó.

Demostraron su ignorancia

Por su parte, Roberto Sánchez, vicepresidente de AMHMAR, reiteró que la iniciativa planteada en su momento por el Partido Verde Ecologista de México y aprobada en la Cámara de Diputados “exhibió su ignorancia”, al solicitar vasectomía para las especies macho de delfines.

Asimismo, alegó que las especies en cautiverio cuentan con un estricto cuidado por parte de especialistas en la materia y en el entrenamiento “por ningún motivo” son maltratados.

Incluso, afirmó, los delfines en cautiverio tienen un lapso de vida más amplio que los que se encuentran en su hábitat natural, pues las condiciones a las que se enfrentan son “menos riesgosas”.

“Diferenciemos las leyes de protección animal y de bienestar animal. La protección animal es sumamente ambigua, el bienestar animal es medible desde el punto de vista científico, se tiene la posibilidad de medir cuál es el estado mental, de salud, de un animal. Esto no se logra con leyes de protección sino con leyes de bienestar animal”, agregó.

Desde 2002 la Ley General de Vida Silvestre prohíbe la caza de este tipo de animales para fines “recreativos”, por lo que la única forma de preservar la población es bajo la reproducción en el mismo hábitat.