Por proteger a uno, agreden y hasta matan a otros

Lesiones con pistola, amenazas y extorsión son faltas recurrentes de los encargados de proteger a personalidades y empresarios.

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El pasado 30 de junio, un hombre fue abatido por un escolta luego de intentar asaltar a un empresario en calles de la colonia Nochebuena. (Excélsior)
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Agencias
MÉXICO, D.F.- De enero de 2013 a junio de 2014 la Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal (PGJDF) ha iniciado 14 averiguaciones previas en las que escoltas o guardaespaldas han estado involucrados en la comisión de un hecho delictivo.

Cifras de la Dirección General de Política y Estadística Criminal de la dependencia advierten que en 2013 se investigaron nueve hechos, mientras que de enero a junio del presente año se han investigado cinco casos.

Los delitos en los que este sector de la población está involucrado son lesiones dolosas por arma de fuego, amenazas, abuso de autoridad, extorsión, lesiones culposas por tránsito vehicular, tentativa de extorsión, tentativa de robo, daño a propiedad ajena por tránsito vehicular y homicidio doloso por arma de fuego.

Las lesiones dolosas por arma de fuego son el delito más recurrente con tres casos registrados, según la Procuraduría. En segundo lugar aparecen las amenazas y la extorsión, con dos casos cada una, y con un caso cada una están lesiones por tránsito, tentativa de extorsión, tentativa de robo, daño a la propiedad y homicidio doloso.

El mayor número de hechos delictivos cometidos por escoltas ocurrieron en la delegación Miguel Hidalgo con cinco casos, además de tres en Cuauhtémoc, dos en Álvaro Obregón, uno en Benito Juárez, uno en Tlalpan, uno en Cuajimalpa y otro en Gustavo A. Madero.

Sin embargo, las averiguaciones previas iniciadas por delitos cometidos por guardaespaldas son pocas, ya que la mayoría de estas situaciones quedan en lo anecdótico porque los afectados no denuncian ante el Ministerio Público.

Ataque en venganza

Este año, el caso del escritor Maruan Soto Antaki cobró relevancia luego de que fue agredido por dos guardaespaldas que protegían a un hombre, que nunca se bajó del vehículo pero quien sin duda ordenó el ataque en venganza porque la víctima les había tomado fotos luego de observarlos manejar de forma imprudente y agresiva.

Hace tres semanas, el escritor manejaba sobre Insurgentes Sur cuando observó dos camionetas que conducían de manera imprudente. Luego de alcanzarlas les tomó una foto con su celular provocando que el conductor de una Land Rover le aventara la camioneta y él tirara su moto al piso. En ese instante, de la camioneta Durango placas 259-XZK bajaron dos escoltas y lo golpearon.

Hasta el momento se desconoce la identidad de los agresores, aunque se sabe trabajan para la empresa Bell Autopartes, ubicada en Tlalpan. Ellos accedieron a pagar los daños a cambio de que el escritor les conceda el perdón, lo cual ha sido descartado por la víctima.

La empresa sigue ocultando la identidad de los atacantes.

Sin acuerdos

En octubre de 2010, el entonces procurador del DF, Miguel Ángel Mancera, firmó un convenio con el Consejo Nacional de Seguridad Privada en el que, entre otras cosas, se preveía la creación de un sistema para la identificación de todos los vehículos privados y oficiales que brinden el servicio de escolta en la ciudad de México.

La intención del ahora jefe de Gobierno es que los autos utilizados para esas labores contaran con placas especiales que fueran identificables para la ciudadanía y así generar un ambiente de certeza y respeto. El acuerdo preveía una fase de emplacamiento con la entonces Setravi, la cual nunca se llevó a cabo y aunque el papel existe, no se concretaron los acuerdos plasmados en él.

El 30 de junio, un presunto delincuente fue abatido por el escolta de un empresario cuando intentó asaltarlos en Eje 6 Sur Holbein,  colonia Nochebuena.

El empresario inmobiliario Alberto Pérez Carrera y su escolta Luis Aguirre, elemento de la Secretaría de Seguridad Ciudadana del estado de México, circulaban en un BMW cuando supuestamente fueron agredidos por Miguel Flores Hernández, quien sacó de entre sus ropas un arma de fuego para asaltarlos.

El guardaespaldas le disparó en la cabeza al agresor provocando su muerte y posteriormente se dieron a la fuga. Actualmente, el empresario y su escolta ya acreditaron ante el Ministerio Público que actuaron en legítima defensa.

Sin embargo, no se ha explicado por qué  Pérez Carrera no será acusado de encubrimiento por favorecimiento luego que se escondiera por varios días y tuviera que ser ubicado por Policías de Investigación.  La ley obliga a los patrones de escoltas a informar a la autoridad de manera inmediata hechos como el ocurrido el 30 de junio.

'Esto me da permiso'

En octubre de 2011, Marco Antonio manejaba su Tsuru de sur a norte por Insurgentes en compañía de su esposa, su hija de 17 años y su hijo de 13.

Avanzaba por el carril de alta velocidad, y cuando estaba a la altura de la estación del Metrobús El Caminero, una camioneta Nissan, modelo Armada, se incorporó delante de él. De manera instantánea, otra camioneta, una Ford Escape blanca placas 955-RFT, se metió entre la Armada y Marco Antonio haciendo que casi perdiera el control de su vehículo.

Molesto, aceleró su Tsuru y se emparejó al conductor de la Escape que se le había cerrado: “Le pregunté que qué le pasaba, que por qué se sentía tan valemadres e inmediatamente sacó una pistola, yo creo que era 9 milímetros, y me apuntó a la altura de la cabeza y me dijo: ‘esto me da permiso, no me estés ching*ndo’”, detalló.

Adelante, encontró una patrulla y relató a sus tripulantes lo sucedido. Los agentes dieron alcance a la camioneta, pero los ocupantes mostraron una placa y se marcharon. Eran agentes de la Policía Federal y custodiaban al boxeador Juan Manuel Márquez.

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