Mayolo López/Agencia Reforma
MÉXICO, D.F.- Con el retorno del PRI al Gobierno de la República, en Los Pinos el nuevo inquilino retomará la tradición de habitar la vieja residencia Miguel Alemán.

Las dos cabañas que remodelaron y habitaron los dos Presidentes panistas con sus respectivas familias podrían ser utilizadas sólo temporalmente por Enrique Peña Nieto, su esposa, Angélica Rivera, y los seis hijos de la pareja.

Desde octubre, el presidente Felipe Calderón y su familia desocuparon esas cabañas ubicadas en los jardines de Los Pinos, para mudarse temporalmente a una casa en Lomas Virreyes, antes de irse a vivir a Estados Unidos.

Restaurada la residencia Miguel Alemán --ocupada actualmente por los más cercanos colaboradores de Calderón--, Peña Nieto habitará esa casona de estilo francés, la cual se terminó de construir en 1952.

Las escalinatas de esa residencia de dos pisos ya han sido escenario de apariciones de los Mandatarios saliente y entrante; a lo largo de su sexenio, Calderón las usó para comparecer ante la prensa, para ofrecer mensajes, firmar decretos o formular anuncios diversos.

Además habilitó un búnker donde antaño había una sala de cine y donde en los últimos años desahogaba reuniones privadas con miembros de su Gabinete.

Su despacho fue acondicionado en el extremo derecho de la casa, a ras de los jardines, en una habitación de enormes ventanales.

Su historia

Enrique Peña será el presidente número 14 en habitar y despachar en la Residencia Oficial de Los Pinos.

El General Lázaro Cárdenas fue el primero de la era de 11 Mandatarios priistas que vivieron en la residencia y que cerraron un ciclo con Ernesto Zedillo.

Construido en tiempos de Maximiliano el complejo era entonces un rancho llamado La Hormiga; derruido el Imperio, el dueño, José Pablo Ramírez, la recuperó, pero el predio sería vendido al menos tres ocasiones hasta que Venustiano Carranza lo expropió. En 1924 fue vendido a Álvaro Obregón.

Cárdenas se mudó a Los Pinos a principios de 1935, después de vivir en el Castillo de Chapultepec y considerar que era un sitio muy ostentoso y que debía ser abierto para que todos los mexicanos lo visitaran.

El estimar que La Hormiga no era un nombre apropiado para la residencia oficial, la nombró Los Pinos, en honor al lugar donde conoció a su esposa, Amalia Solórzano, muy cerca de Tacámbaro, Michoacán.

Los pinos tuvieron que ser plantados en los jardines.