Agencias
MÉXICO, D.F.- Con 75 años encima y tras constituirse en la empresa insignia de la nación, a la estatal Petróleos de México, Pemex, le llegó la hora de la reingeniería y de la puesta en marcha de un programa focalizado de inversiones, según publica The Associated Press.

Entre lo más urgente: hay que aumentar la producción de crudo, que no levanta cabeza desde hace una década, y reducir la carga laboral que no ha parado de crecer durante el mismo período.

Al conmemorar el aniversario número 75 de la empresa, el presidente Enrique Peña Nieto fue enfático al advertir que "Pemex no se vende ni se privatiza, Pemex se transforma y se moderniza. Pemex es, y seguirá siendo, patrimonio de todos los mexicanos".

Sin embargo, como parte de su plan de reforma del sector energético, que incluye a la estatal petrolera, el presidente reconoce que Pemex necesita una nueva estructura organizacional.

"Como patrimonio de los mexicanos, Pemex debe administrarse con la mayor eficiencia, honestidad, transparencia y rendición de cuentas", dijo Enrique Peña Nieto durante su visita a la Refinería Salamanca al conmemorar la fecha histórica de la expropiación petrolera.

El 18 de marzo de 1938 el presidente Lázaro Cárdenas del Río dejó en manos de la industria mexicana la exploración y explotación de los hidrocarburos, amparado en la Ley de Expropiación del 23 de Noviembre de 1936 y el Artículo 27 de la Constitución Mexicana.

Por ahora nadie le apuesta a que Peña Nieto cambie su idea de mantener el patrimonio petrolero en manos de los mexicanos, pero, si así fuera, necesita reformar la Constitución.

Pero ese tema implicaría el desgaste político, tanto para el Presidente como para su partido. Así que se descarta por ahora.

Por ahora nadie le apuesta a que Peña Nieto cambie su idea de mantener el patrimonio petrolero en manos de los mexicanos

Pero lo que no pueden esperar son los cambios en la estructura organizacional de Pemex.

Por estos días, y lo reiteró el Presidente en Salamanca, las autoridades petroleras dan cuenta de que México tiene reservas petroleras por 13,868 millones de barriles de petróleo crudo equivalente, según datos certificados por Pemex para el cierre de 2012.

Lo que nadie ha dicho, o por lo menos no lo han hecho sonar a los cuatro vientos, es que en la última década las reservas cayeron más del 54%. En 2002 las reservas probadas eran de 25,425 millones de barriles.

Desde entonces no paraban de caer, hasta la cifra mencionada para 2012 que representa aumento del 36.5% frente a lo certificado en 2011.

Mientras tanto, la producción de crudo permanece en los niveles que mostraba en 1992. Al cierre de 2012 México producía 2.5 millones de barriles de crudo por día, esto es 19.8% menos de los 3.2 millones de barriles diarios de 2002, según datos promedio del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI).

Durante la presentación de informes financieros de Pemex de 2002, los directivos de la empresa comentaban acerca de la necesidad de iniciar un plan de inversiones de, por lo menos, 7,000 millones de dólares anuales en exploración y explotación con el fin de ampliar las reservas.

Según documentos que Pemex les envía a los inversionistas, todos los años realizan cuantiosas inversiones en exploración, refinación, gas y petroquímica. Con base en esos informes, desde 2006 se nota, en efecto, la curva ascendente en el tamaño de esas inversiones al pasar de 13,800 millones de dólares a 23,900 millones de dólares en 2012.

Para 2013 la proyección de inversión es de 25,300 millones de dólares, de los cuales 19,900 millones (79%) son para exploración y producción, indica la presentación de Pemex publicada en su página web.

Lo que no aparece en ese documento, cuya fecha de presentación señala el mes de marzo de 2013, es que los gastos personales (nómina y directivos) de la empresa tampoco han parado de crecer. Entre el año 2000 y el cierre de 2012 el aumento fue del 184%, según datos de sus informes financieros anuales (también disponibles para el público en su página en internet).

Esos gastos equivalen al 49.1% de los gastos operacionales totales de la petrolera, lo que evidencia una enorme carga burocrática para la empresa que se ha convertido en la caja fuerte del Estado. Según cifras de INEGI, el 35% de los ingresos de la Federación Mexicana provienen de Pemex.

Por su parte, el informe más reciente de la Auditoría Superior de la Federación (ASF) da cuenta de un aumento interanual del 16.4% en los gastos netos del presupuesto de Pemex entre 2007 y 2012. Durante ese sexenio el aumento total fue del 113.5% en términos reales.

Pero el asunto no para allí. Los informes de auditoría de ASF también muestran que, para cubrir el pasivo de pensiones, Pemex necesitará 5,763 millones de dólares en el año 2040, a precios de 2012.

Ese fondo pensional valía 2,032 millones de dólares en 2012 y había más de 88 mil pensionados, indican las cifras de ASF.

Falta ver, en caso de una verdadera reforma petrolera que incluya la apertura de Pemex al capital extranjero, quién quiere echarse esa no pesada carga laboral sobre los hombros.

Cuenta la leyenda, consignada en los documentos de constitución de Pemex, que cuando las petroleras expropiadas en 1938 exigieron el pago de sus derechos el pueblo, "sin distingo de clase social", salió a ofrecer lo poco o mucho que tenía (desde gallinas hasta joyas) para pagar esa deuda.

Falta ver si hoy, tanto trabajadores como directivos (¿Sin distingo de clase social?) están dispuestos a ceder, en caso de que se requiera, reducir ya sus prestaciones, ya sus bonos, para mejorar la disponibilidad de recursos de inversión para que la empresa sea viable y las reservas petroleras puedan por fin ver la luz.