Agencias
MÉXICO, D.F.- El expresidente Felipe Calderón es un ejemplo de presiones al Poder Judicial por sus críticas a los jueces durante su administración, acusó la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH).

En su informe sobre el Uso de la Prisión Preventiva en Las Américas, se señala que existe una fuerte influencia que ejerce la opinión pública y de altos funcionarios ejecutivos sobre las autoridades judiciales, según publica Milenio.

"En este sentido, y como ejemplo de este tipo de presiones provenientes de altos funcionarios de otros órganos del Estado hacia el Poder Judicial, en México el anterior Presidente de la República tenía la práctica de criticar públicamente a los jueces que actuaban en determinados casos de alto perfil mediático. En sus pronunciamientos el mandatario asimilaba a "impunidad" la excarcelación por parte de jueces estatales y federales de personas detenidas por autoridades federales, obviando deliberadamente el hecho de que tales decisiones judiciales no constituían una determinación definitiva en esos procesos".

En 2011 Calderón dijo estar "cansado" de que los jueces liberaran a personas detenidas por las autoridades federales, bajo el argumento de que el Ministerio Público no presenta las pruebas suficientes para inculparlas. 

En un foro realizado en Internet, nombrado Pregúnt@le al Presidente, que se transmitió en YouTube, respondió a preguntas de los ciudadanos.

Cuestionado acerca de por qué en 2010 un juez del estado de Nuevo León dejó libre a uno de los hombres que el 25 agosto atacaron el Casino Royale de Monterrey, Calderón dijo: "yo también me pregunto por qué salió ese señor. Y esa es la lacra de la impunidad que tenemos que combatir. Hay una enorme distancia entre la verdad real y entre lo que los jueces conocen como la verdad legal".

El informe de la CIDH pone de ejemplo otra declaración de Calderón sobre los jueces:

"No es que yo traiga algo contra los jueces, los aprecio, pero uno se cansa... Ahí hay un lío con impunidad, dicen que puede ser en nuestros órganos (la Procuraduría General de la República o la Policía Federal), pero yo creo que el Poder Judicial, local y federal, tiene mucho que mejorar en este aspecto".

Para la CIDH "este es un claro ejemplo del tipo de mensaje político que contribuye a construir una percepción pública de impunidad mediante el argumento de una "puerta giratoria" (la policía detiene a los delincuentes y los jueces los dejan en libertad), y envía un mensaje político por medio del cual pretende trasladar la responsabilidad de la criminalidad al Poder Judicial".

Fuerte persecución

El informe de la CIDH también se refiere a la Procuraduría General de la República (PGR), diciendo que "también es de conocimiento público que la PGR ejerce una fuerte persecución como medida de presión hacia jueces que adoptan decisiones que le son contrarias en casos relacionados con delincuencia organizada".

El informe detecta como contribución a la cantidad de personas en las cárceles mexicanas sin una condena, a que de diciembre de 2006 y septiembre de 2012, la PGR detuvo a 9 mil 233 personas por presuntos vínculos con el crimen organizado, de las cuales -en ese periodo- sólo mil 59 fueron consignadas y 377 puestas en libertad104.

Además, la Comisión señala que en 2013 continuó recibiendo información "preocupante" acerca de la práctica de exhibir en los medios de comunicación a personas investigadas.

Presos sin condena en México

Debido a que la capacidad carcelaria en México es de 188 mil plazas, México tiene un nivel general de hacinamiento del 26 por ciento

Cuatro de cada diez presos no están condenados (poco más de 100 mil personas).

"Se encuentran en las mismas condiciones y expuestas por igual a los motines, las fugas, la violencia, el consumo de drogas, los homicidios y el autogobierno imperante en las cárceles".

Presos en México

De acuerdo con la CIDH, México es el tercer país de la región, luego de Estados Unidos y Brasil, en cantidad de personas presas.

Actualmente en los 419 centros penitenciarios de México hay de aproximadamente 242 mil personas, de las cuales el 95 por ciento son hombres y el 5 por ciento mujeres.

Ocho de cada diez presos son del fuero común y dos de de cada diez del federal.

Otros datos revelan que "durante los últimos cinco años, más de mil internos se han fugado de las prisiones mexicanas y alrededor de seiscientos han perdido la vida".

La falta de una condena se debe a "la mora judicial y la amplia persecución de delitos menores, sobre todo patrimoniales en los que el objeto es de poca cuantía".