Gobernador pide 'imaginar que están vivos' los normalistas

Peritos 'rascan' la tierra en un basurero de Cocula, en busca de restos humanos. La investigación se alenta, la ansiedad se acelera.

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Con trajes asépticos blancos, peritos forenses revisaron superficialmente un terreno en Cocula, donde se presume hay restos humanos. La PGR no ha dado información oficial al respecto. (AP)
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Agencias
COCULA, Guerrero.- Un mes y dos días después de la desaparición de los 43 estudiantes normalistas de Ayotzinapa, la frustración por la lentitud en las investigaciones va en aumento.

Los padres de los normalistas y simpatizantes lamentan la falta de resultados en dar a conocer el paradero de los jóvenes que desaparecieron tras ser atacados y detenidos por policías locales el 26 de septiembre en Iguala, Guerrero y luego, según declaraciones de policías, entregados a sicarios del narcotráfico.

Manuel Martínez, vocero de los padres de los jóvenes, reprochó al gobierno por el silencio tras el descubrimiento de nuevos restos humanos en una ladera usada aparentemente como botadero de basura en Cocula, municipio vecino a Iguala.

"Nos están engañando y están jugando con nosotros. Casi dos días después no sabemos ni cuántos cuerpos había, ni cómo estaban, ni si son nuestros hijos", explicó el martes a The Associated Press.

"Es desesperante tanta lentitud, y estamos molestos y enojados (...) El Estado nos está engañando y es el Estado el que lo va a pagar", advirtió, en referencia a nuevas acciones de protesta que el martes se reflejaron en la toma de oficinas de gobierno en Chilpancingo, la capital.

Aunque a diferencia de otras ocasiones en las que las manifestaciones derivaron en la destrucción de algunas fachadas o edificios, al momento no se habían reportado daños en Chilpancingo.

"Estamos enojados y muy cansados, tenemos una inmensa sensación de impotencia", declaró a la AP Mario César, padre de uno de los 43 jóvenes desaparecidos, y quien, como la mayoría de los padres, se niega a dar sus apellidos.

Pero el malestar también se extiende entre vecinos de la zona: junto a una iglesia de Cocula, familiares de acusados protestaron el martes ante lo que consideraron "detenciones arbitrarias" y las continuas redadas de la policía desde que se descubriera que la policía de este municipio colaboró en la desaparición de los estudiantes.

Hasta ahora las autoridades han arrestado a 56 personas, 36 de ellos policías de Iguala y Cocula, señalados de haber participado en el ataque y detención de los estudiantes de la Normal Rural de Ayotzinapa, una escuela de formación de profesores de educación básica.

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Una pancarta colgada a las puertas de la iglesia responsabiliza al presidente, Enrique Peña Nieto, y al procurador general de justicia, Jesús Murillo Karam, por una "ola de detenciones arbitrarias de ciudadanos inocentes que las fuerzas federales se están llevando para torturarlos y hacerlos que se declaren culpables de delitos que no han cometido como secuestro, delincuencia organizada y portación de armas".

Pedro Mújica Moreno comentó a la AP que su primo Gustavo Moreno Arrollo, un ganadero de 29 años, fue detenido hace una semana por presuntos vínculos con el caso. Desde entonces, aseguró Mújica, está incomunicado en una prisión de máxima seguridad de Tepic, Nayarit, por presuntos vínculos con el caso.

"Las autoridades están desesperadas, como se ven incompetentes en resolver el caso ellos necesitan justificarse y presentar gente inocente", aseguró el primo de Moreno, cuya foto aparece estampada en la pancarta. "Están buscando chivos expiatorios".

Cocula, donde habitan cerca de 15 mil personas, vive una expectación inusitada ante la llegada de decenas de reporteros de todo el mundo que han copado la modesta plaza central (zócalo) de la población, con unidades móviles y equipos de transmisión, mientras conviven con los vendedores de tacos y de flores de Cempasúchil que ocupan habitualmente el lugar.

A ello se suma el desembarco de cientos de militares, marinos y policías federales que tomaron el control de la seguridad en la población.

En tanto, peritos forenses escudriñaban el martes una ladera enclavada en las montañas donde localizaron restos humanos, tras declaraciones de presuntos integrantes de un grupo del narcotráfico que está involucrado en la desaparición de los estudiantes.

Apoyados con cuerdas de seguridad, expertos ataviados en trajes blancos revisaron los que parecía servir como un tiradero de basura a cielo abierto, y en la que, a la distancia,se alcanzaban a apreciar algunos vestigios de prendas de vestir como camisas.

Sin embargo, no se percibía ningún rastro visible de los restos y hasta la tarde del martes no se tenía información específica sobre lo que se encontró en el lugar.

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De hecho, el procurador general de la República, Jesús Murillo Karam, dijo en rueda de prensa que no tenía información concreta que pudiera hacer pública sobre los hallazgos en Cocula.

"No son resultados fáciles, son resultados que requieren en ocasiones peritajes que tienen que hacerse en laboratorios muy especializados y se tardan", justificó el funcionario, tras concluir un encuentro el gabinete de seguridad federal con el gobernador sustituto del estado de Guerrero, Rogelio Ortega.

"Pero prefiero la tardanza ligada a la verdad, que el apresuramiento ligado a la adivinación, a la imaginación o a la inventiva", explicó.

Las autoridades mexicanas llevaron a periodistas gráficos (fotógrafos) a recorrer las inmediaciones de la zona, localizada en las afueras de Cocula.

Un funcionario federal, quien habló bajo anonimato por no estar autorizado a hablar con la prensa, declaró el lunes a The Associated Press que en el lugar se habían encontrado restos humanos y que se avocaban a saber si eran de los estudiantes.

Comentó que las autoridades llegaron a la zona tras la detención de cuatro supuestos miembros de Guerreros Unidos, lo que fue confirmado por Murillo Karam.

El funcionario no dio detalles del hallazgo, y en el recorrido del martes no se logró apreciar nada más que basura y algunas prendas de ropa.

El Gobernador interino pidió "pensar que están vivos" los 43 e incluso hizo lo que calificó de un "llamado humanitario" a quienes los tienen retenidos para que los liberen. Se ofreció incluso como intermediario y dijo que "si es exponer mi vida, eso es lo de menos".

En ese terreno cercano a Cocula se colocaron banderas rojas en lo que parecía delimitar el perímetro de trabajo o puntos de interés. Durante el tiempo en que fotógrafos y camarógrafos estuvieron allí no se vio a los peritos exacavar, sino sólo revisar la superficie.

Ninguna autoridad ha comentado públicamente sobre lo encontrado en el lugar.

La zona acordonada, de unos cuatrocientos metros cuadrados, está resguardada bajo un fuerte dispositivo de seguridad de marinos que permanecen incluso en los cerros colindantes para evitar la entrada de reporteros y curiosos.

En la zona no hay fosas como tal. Bajo la ladera hay una superficie plana y despejada donde pueden verse a la distancia algunos objetos calcinados sin lograr precisar si hay restos humanos.

Murillo Karam comentó que peritos mexicanos y forenses argentinos trabajan en la zona.

(Información de The Associated Press)

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