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CIUDAD DE MÉXICO.- El presidente Enrique Peña Nieto se reunió ayer con el director Ejecutivo de General Electric (GE), John Flannery, quien reconoció los avances que ha tenido la economía mexicana durante este gobierno y ratificó el compromiso de la empresa de continuar invirtiendo y expandiendo sus operaciones en México.

Entre otros temas, el mandatario dialogó con el directivo de la empresa sobre el desarrollo del sector energético en el país y el impulso a proveedores nacionales, y le expresó su agradecimiento por la confianza que la empresa deposita en México, que es el país que cuenta con el mayor número de establecimientos industriales de GE en todo el mundo, sólo después de Estados Unidos.

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Peña Nieto aprovechó para felicitar a John Flannery por su reciente incorporación a la Presidencia de General de la empresa de tecnología que desarrolla y fabrica productos para la generación, transmisión y distribución de energía eléctrica.

General Electric tiene presencia en México desde 1896, donde emplea a más de 11 mil personas en 17 plantas de manufactura, cinco centros de servicio, un Centro Global de Operaciones y un Centro de Ingeniería Avanzada, destacó la presidencia de la República.

Retos de la economía

En 2018, la economía mexicana estará marcada por dos factores: las elecciones de julio y el futuro del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN). Además, hay que agregar la recién aprobada reforma fiscal de Estados Unidos (EU), cuyos ejes son reducir las tasas impositivas a empresas de ese país y aplicar un impuesto a los productos importados. Según diversos especialistas, el impacto de estas medidas para México podría ser grande.

De acuerdo con Roberto Newell, director fundador del Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO), “en lo económico México posiblemente tendrá que enfrentar los efectos de tácticas extremas instrumentadas por los representantes de EU en las negociaciones del TLCAN”. De acuerdo con el analista, si EU decide renunciar al TLCAN —posibilidad que los expertos ven todavía como remota, pero no necesariamente irreal—, seguirá una gran turbulencia para la economía de México, incluso una recesión.