Pese a la baja en los precios internacionales de los granos, cuya importación se abarata más por el Súper Peso, en México los alimentos elaborados con esos insumos no están yendo en esa dirección, sino que, al contrario, van al alza.

En los últimos 12 meses, el precio de los futuros del maíz amarillo acumula una baja del 29 por ciento; en el caso del trigo suave (panificable) de 24 por ciento; en el trigo "durum", para producir pastas para sopas, de 16 por ciento; en la soya de 12 por ciento, y en la pasta de soya, utilizada en el sector pecuario, de 10 por ciento, según datos de Grupo Consultor de Mercados Agrícolas (GCMA).

Y con la apreciación del 16 por ciento anual que registra el Peso frente al dólar, la baja de esos precios internacionales se extiende aún más en beneficio de los importadores, básicamente agroindustrias y sector pecuario.

México es deficitario en la producción de granos básicos y al año requiere importar el 39 por ciento del consumo interno de maíz, el 95 por ciento de soya y el 54 por ciento de trigo, de acuerdo con GCMA.

Sin embargo, hasta la primera quincena de agosto, los menores precios de los granos no se han visto reflejados en el costo de los alimentos, revelan cifras del Inegi.

Por ejemplo, la tortilla acumula un alza anual de 9.7 por ciento a nivel nacional y de 13.2 por ciento en el norte de México; en el caso de la harina de maíz, las alzas son de 13.3 y 13.9 por ciento, respectivamente, y en los cereales en hojuelas de 12.5 y 23.7 por ciento, también en ese orden.

"En teoría debieran bajar los precios (de los alimentos), pero en la realidad no sucede ni en México ni en ningún lado; es una queja que se escucha en otros países", expuso Juan Carlos Anaya, director de GCMA.

"Y no bajan porque es una demanda cautiva, pues son productos de la canasta básica".

En derivados de trigo, en el norte del país el pan dulce registra un aumento de 17.24 por ciento, el pan blanco uno de 13.5 por ciento y la harina uno de 10 por ciento. Y los incrementos también se observan en las pastas para sopas a nivel nacional.

Los cárnicos y el huevo son los que presentan las menores alzas, no mayores al 3 por ciento.

Anaya indicó que todos los eslabones de las cadenas de producción de los derivados de granos se están viendo beneficiadas por el menor costo de los insumos y la apreciación del Peso pero refirió que los comercios detallistas (autoservicios y tiendas de barrio) son los que se están llevando el mayor beneficio.

"Los que utilizan los granos para producir alimentos argumentan que cuando esos insumos subieron tuvieron que mantener sus precios y reducir sus ganancias para que nos les bajara la demanda y ahora que bajan los precios tratan de maximizar su rentabilidad”.

"Pero la caída de los granos ha sido muy fuerte y toda la cadena se está quedando ese impacto favorable, pero más en la parte final, en los detallistas, que son los autoservicios”.

"No digo que haya control de precios, pero sí en algunos productos de la canasta básica debiera el Gobierno tomar algunas acciones para que se refleje la baja de los granos en los productos, la Profeco debiera revisar quién se está llevando el mayor beneficio".

Con información de Reforma.