La caja de madera que ‘guarda’ un alma en pena

El objeto era propiedad de una persona que realizaba magia negra, por lo que es probable que contenga un espíritu.

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La caja Dybbuk que supuestamente contiene un espíritu estaba en una tienda de antigüedades. De sus propietarios anteriores, muchos ignoraban para qué servía. (Jorge Moreno/SIPSE)
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Jorge Moreno/SIPSE
MÉRIDA, Yuc.- En una colaboración anterior les platiqué sobre una caja “Dybbuk” que encontré en Mérida, la cual contiene –según trascendió- el “alma en pena de la Xtabay”, pero que, en realidad, puede que tenga el espíritu de algún difunto.

“Dybbuk”  es una palabra de origen judío para referirse a un espíritu maligno, de alguna persona fallecida que no es aceptada ni en el “cielo” ni en el infierno”, y que es condenada a vagar en el mundo de los vivos tratando de “meterse” en el cuerpo de alguien.

De acuerdo a esa tradición, en ocasiones cuando salen de un cuerpo se les puede “atrapar” en algún objeto consagrado o “curado” ex profeso, el cual puede ser cualquier caja u objeto con forma de caja: ropero, cajón o, como en la película La posesión, una caja de vinos.

Por ello cuando me platicaron de que había caja que había atrapado el espíritu de “la Xtabay” lo descarté inmediatamente; en todo caso, el alma en pena podía ser de otra persona.

Y es que si bien es cierto los “Dybbuk” vienen de la tradición judía, investigue que en Yucatán se hacen cultos similares para atrapar espíritus, aunque con otro nombre; es como el caso de los hombres que se transforman en animales que en la península de Yucatán se les dice “huayes” (brujo en maya) pero en otros sitios como Veracruz se les dice “nahuales”, o como los aluxes en el sureste mexicano que en Europa son trolles o elfos.

Como ya mencioné, a finales de octubre pasado obtuve de una casa de antigüedades una caja que a simple vista parece “normal”, la cual es de manera de cedro, con dibujos hechos con pintura vinílica y que está datada, según los carpinteros, en unos 80 años.

Esta caja tiene una peculiaridad, ya que su antepenúltimo dueño la uso para “contener” los espíritus malos que trabajaba su abuelo, quien era un brujo de la ciudad de Valladolid y que trabajaba la magia negra.

Cuando murió el abuelo, los hijos heredaron varias de sus cosas y tiraron todo lo relacionado con brujería; sin embargo, no tenían idea de la utilidad de la caja, por lo que una de las hijas se la llevó a su domicilio en Mérida.

Con el paso de los meses, escuchaba “golpes” que venían del interior y pensó que eran ratones, pero cuando se convenció de que no eran roedores, por “precaución” decidió deshacerse de la caja (la cual usaba para poner ropa) y la regaló a unos vecinos. Los nuevos propietarios de la caja se lo dieron a otras personas que fueron las que por último se la dieron o vendieron a un anticuario, pero que no conocían la historia a fondo.

Hay que hacer notar que la caja esta trabajada para contener espíritus, pero eso no significa pero por tenerla sea malo, mientras esté vacía y no se realice una invocación no puede desencadenar en nada negativo, es por ello que cuando la obtuve la llevé al Museo Paranormal en donde próximamente será exhibida al público con los resultados finales de la investigación.

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