MÉXICO DF.- La gente está cansada de ser representada por otros, de dejar que otros tomen las decisiones que a ellos les corresponden, destacó el cardenal Norberto Rivera Carrera, y agregó que México y el mundo viven una oportunidad para apreciar la estructura de las instituciones y en particular la de la Iglesia.

 

En la tradicional misa dominical, el arzobispo primado de México refirió que en el mundo entero se vive un momento privilegiado de transición en donde los sistemas de representación están siendo fuertemente discutidos y cuestionados y en donde se están proponiendo sistemas de participación directa.

 

"Es un momento privilegiado para apreciar la estructura de la Iglesia, que no puede ser entendida ni como monarquía ni como democracia, sino como comunión", expuso.

 

"Una comunión que supone participación directa en la vida de Cristo, participación directa y responsable en la vocación y misión de la Iglesia, una comunión en donde debe haber una radical igualdad y en donde nuestra única cabeza y nuestro único maestro es Cristo".

 

Es hermoso, abundó Rivera Carrera, ver cómo en nuestra Iglesia va creciendo esa participación directa: la colegialidad de los obispos en lugar de oscurecer ha hecho resplandecer el primado de Pedro.

 

De acuerdo con el prelado, en la vida de la Arquidiócesis es alentador constatar cómo el Senado Presbiteral, los Consejos de Pastoral y los organismos laicales fortalecen nuestra actividad misionera.

 

"En nuestras parroquias estamos alentando esa participación directa de los fieles laicos no sólo en la ejecución de los proyectos sino también en la decisión de los planes de pastoral, a través de los Consejos Parroquiales de Pastoral y de Asuntos Económicos", remarcó.

 

Precisó que hay diversidad de carismas y de ministerios, por lo que no a todos corresponde hacer lo mismo, como en el cuerpo no todos los miembros tienen la misma función, pero todos tienen la misma dignidad y todos participan del mismo Espíritu.

 

Cuando hay el convencimiento de que en la Iglesia todos somos hermanos, todos somos ovejas y discípulos del único Maestro, nuestra vocación se fortalece y toma su adecuada dimensión.

 

Cuando comprendemos y vivimos que el ser apóstoles, pastores y maestros es sólo para el servicio de la comunidad y no para estar sobre la comunidad, se realiza el proyecto de Cristo que nos ha llamado no para ser servidos, sino para servir.

 

En un organismo en donde todos tenemos participación directa, la diversidad de oficios y de quehaceres no anula la importancia de cada uno de los miembros sino que la exalta, ya que cada miembro tiene su propia función y tiene su propio lugar, subrayó el purpurado en la Catedral Metropolitana.

 

Al término de la misa, el encargado de la Arquidiócesis aprovechó para invitar a los feligreses a asistir a la Iglesia el próximo miércoles 13 de febrero, Miércoles de ceniza, con lo que dará inicio la Cuaresma.