La OCDE mantiene sus proyecciones económicas para México en 2024

Mantiene su pronóstico del PIB de México para 2025 en 2%.

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La OCDE mantiene sus proyecciones económicas para México en 2024. (Canvas/Archivo)
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La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) mantuvo este martes la previsión de crecimiento de la economía de México en un 2.5% para 2024, sostenido en el consumo interno y la relocalización de empresas o nearshoring, pero acompañado de reducción de sus exportaciones por la desaceleración en Estados Unidos.

 El secretario general de la OCDE, Mathias Cormann en su ‘Estudio Económico de México’, destacó.

 “Una desaceleración más pronunciada en EU y una inflación más persistente de lo previsto, que obligue a mantener los tipos altos durante más tiempo, son los principales riesgos a la baja”.

La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) ha reiterado su proyección para el Producto Interno Bruto (PIB) de México en un 2% para el año 2025.

En sus últimas declaraciones, destacó que la transformación en curso de las cadenas de suministro globales podría impulsar la inversión por encima de las expectativas previas. Además, expresó confianza en que tanto la inflación general como la subyacente continuarán disminuyendo, lo que podría contribuir a mantener la estabilidad económica en el país.

 “La inflación general se ha suavizado y la inflación subyacente, aunque más persistente, está también disminuyendo gradualmente, aunque la inflación de los servicios sigue siendo elevada”.

Según la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), la notable fortaleza del peso mexicano frente al dólar ha ejercido un efecto positivo en la contención de la inflación, en medio de un contexto de valorización histórica de la moneda nacional. En el transcurso del año pasado, el peso experimentó un aumento significativo del 13%, alcanzando un valor de 16.96 unidades por dólar estadounidense.

 De acuerdo con el informe publicado, se estima que México cerrará el presente año con una inflación general del 4.1% y una inflación subyacente del 4.2%. Además, se proyecta que el país requerirá hasta el año 2025 para acercarse al objetivo establecido por el Banco de México, que busca mantener una tasa de inflación del 3.2%.

 Estas perspectivas reflejan el impacto que los movimientos cambiarios tienen sobre la economía nacional, brindando un panorama claro sobre los desafíos y oportunidades que enfrenta México en el ámbito financiero y monetario.

México se posiciona como destino atractivo para el nearshoring

En su más reciente evaluación, el organismo internacional ha destacado el buen desempeño económico de México en medio de un panorama global incierto, señalando el auge del nearshoring como un factor clave en este éxito.

Sin embargo, también ha emitido una advertencia sobre la necesidad de abordar desafíos estructurales a largo plazo, como la baja productividad y las persistentes desigualdades sociales, para maximizar el potencial de crecimiento del país.

“La inversión tiene una tendencia al alza, apoyada por proyectos de infraestructura pública en el sur y por la inversión privada en maquinaria”.

El año pasado, México cerró con broche de oro en cuanto a inversión extranjera directa (IED), alcanzando una cifra sin precedentes de más de 36,000 millones de dólares. Además, se registraron 378 anuncios de inversión, con la prometedora expectativa de superar los 110,000 millones de dólares en los próximos tres años.

 Sin embargo, según la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), el país necesita aumentar sus ingresos tributarios para mantener una política fiscal prudente y hacer frente a importantes necesidades de gasto en sectores como educación, infraestructura, transición digital y ecológica, así como en la lucha contra la corrupción y el crimen. De acuerdo con el organismo internacional, México ostenta la tasa más baja de recaudación de impuestos como porcentaje del Producto Interno Bruto (PIB) entre los países miembros de la OCDE.

     “Hay margen para recaudar más ingresos a partir del impuesto sobre la propiedad, los impuestos ambientales y hacer que el sistema tributario sea más eficaz y progresivo mediante la reducción de las deducciones fiscales que beneficien a los más ricos”.

 

 Con información de redes sociales.

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