Por Gloria Islas Rodríguez

Ciudad de México.- El sacerdote y escritor chileno, Cristián Borgoño Barros señaló que Marcial Maciel, el fundador de los Legionarios de Cristo (LC), fue "el consentido" del Papa Juan Pablo Segundo, "el Papa viajero".

"Hay que considerar que Maciel 'se echó a la bolsa' al Papa; cuando vino por primera vez a México, le prestó ayuda logística, ese fue el gran golpe de Maciel para seducir a Juan Pablo II”, afirmó el crítico de la congregación LC.

Además, rememoró que Maciel ayudó económicamente a Juan Pablo II en varios proyectos en Polonia, además de que presentaba en el Vaticano a seminaristas bien vestidos y portados.

También te puede interesar: Así era el calvario que vivían las niñas abusadas por Legionarios de Cristo en Cancún

Marcial Maciel, el fundador de los Legionarios de Cristo fue "un homosexual que encontró su nicho fundando una congregación para procurarse de niños con los cuales satisfacer sus pasiones".

El exlegionario de Cristo señaló que Maciel "era un hombre muy inteligente, encontró la manera de mantener la impunidad".

El escritor subrayó que el líder de los LC era una persona ignorante, sin muchos estudios, pero "inteligente y seductor", bajo cuyo liderazgo se cometieron más de 100 abusos sexuales contra menores, durante al menos tres décadas. 

El sacerdote chileno rechazó tajantemente que Marcial Maciel haya sido un hombre dedicado a Dios, pues llevó al extremo "el ministerio del mal", que existe en algunos seres humanos.

“Maciel tenía sexo con seminaristas y luego los confesaba y les daba la absolución. Su perversión fundamental fue servirse de la religión para procurarse víctimas; se desvió de la fe y religión para sus fines", subrayó.

A pregunta expresa sobre una excomunión al dirigente de los LC, el escritor chileno reconoció que éste nunca fue castigado, dentro de las leyes católicas, por su vida de abusos.

Dijo que en la práctica nunca fue excomulgado, "aunque en la práctica siempre lo estuvo", ya que tenía sexo con seminaristas y luego los confesaba y les daba la absolución, situación prohibida por el Derecho Canónico.