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MÉRIDA, Yuc.- Muchos abuelos y padres de familia de ahora usaron en algún momento de su niñez y juventud los "Exorcista", "Vagabundo" "Perestroika", los tenis "Decathlón", las botas "Ringo o los clásicos "Bostonianos", algunos modelos de calzado Canadá que hicieron época.

Esta empresa que revolucionó a la industria del calzado al establecer un sistema de producción en serie para incrementar su productividad, dejó huella en México y en varios países e hizo honor al slogan "Lo hecho en México está bien hecho" y llegó a ser la más importante de América Latina.

Exhibición de algunos modelos de Canadá en una tienda en Puebla. (ppcabreramartinez.blogspot.mx)

La fábrica dio sus primeros pasos en Guadalajara, Jalisco, en julio de 1940, con un empleado y cinco obreros, bajo la batuta de Salvador López Chávez, un jaliscience que, con el tiempo, estableció una bien organizada red de distribución para llegar a sus puntos de venta. En sus inicios, don Salvador hacía de todo, diseñaba los zapatos, compraba las materias primas, vigilaba la hechura, conseguía los clientes y hasta redactaba la publicidad.

Para 1984, Canadá aceleró el paso y en su Jardín Industrial producía 60 mil pares de zapatos diariamente y sumaba más de 400 tiendas en México y en el sur de Estados Unidos, y daba empleo a más de 13 mil 500 personas. Los anuncios de Canadá inundaban los espectaculares, la radio, la prensa y la televisión. Con cada nuevo modelo surgía una campaña publicitaria exitosa.   

Recordamos esta historia porque la semana pasada el gobierno federal lanzó la campaña de actualización del sello "Hecho en México", que busca volver a posicionar este distintivo como sinónimo de productos de calidad realizados en nuestro país frente a otros del extranjero. Recicló así la cruzada iniciada en el sexenio de Luis Echeverría (1970-1976) “Lo hecho en México está bien hecho”, para sensibilizar a producir con calidad para competir en mercados internacionales y estimular el consumo de productos mexicanos para aminorar el deterioro del poder adquisitivo.

Anuncio de un modelo infantil de calzado Canadá.

Durante medio siglo, los zapatos de Canadá fueron los preferidos por la clase media, por su bajo costo, buena calidad y durabilidad. Previo a la entrada de clases, las tiendas lucían abarrotadas de familias que acudían a comprar el zapato escolar de moda para sus hijos. Su sencillo eslogan "México calza Canadá" era una afirmación a la preferencia a un producto hecho en México y bien hecho. 

La decadencia

En 1976, Don Salvador murió y dejó como heredera a su hija Sandra López Benavides. Comenzó entonces la decadencia, acentuada por la crisis de 1994 y la entrada en vigencia del Tlcan, que propició la llegada de calzado de contrabando, principalmente de China, entre otros factores.

El 15 de marzo de 2002, Calzado Canadá fue vendida a la empresa Coppel y pocos años después desapareció el que llegó a ser el consorcio zapatero más importante de México y América Latina.