Altar de la santa muerte en Tepito: origen de un antiguo culto

El culto a la santa muerte tiene su principal sincretismo con el cristianismo en sus ideales. Los devotos se relacionan con ella como un ente amoral que obedece el orden divino.

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Los veneradores de la Santa Muerte son altamente cuidadosos de no ofender a la imagen. Pese a ello, su relación incluye actos de devoción como charla sincera, beber embriagantes, rosarios, misas negras, entre otras. [Foto: Pixabay]
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MÉXICO.- Al grito de: “No necesitan a la Santa Muerte, necesitan a Jesús”, un extranjero cristiano intentó predicar la palabra de su religión enfrente de un altar de la Santa Muerte localizado en el barrio de Tepito en la Ciudad de México, lo que provocó que los tepiteños lo insultaran y sacaran a empujones del lugar. 

Este hecho ocurrido a finales de agosto y protagonizado por Phillip Blair, líder de la asociación cristiana Torch of Christ Ministries, ha evidenciado la fuerte creencia mística que los pobladores del barrio bravo le profesan a esta figura popular mexicana. 

Fenómeno religioso en México 

El sociólogo de las religiones Bernardo Barranco, refirió en una entrevista brindada al portal México Desconocido, que la Santa Muerte es una manifestación religiosa de los problemas sociales en México

“Mientras que el cristianismo se convierte en una forma de vida inalcanzable para algunos sectores, la muerte se vuelve un horizonte de sentido para la clase popular”, indicó el sociólogo especializado en creencias religiosas y cultura. 

Barranco detalló que la Santa Muerte reúne distintos elementos de las religiones prehispánicas y aspectos conceptuales sobre la muerte cristiana. Lo que ha generado un sincretismo en cuanto al culto a la figura de la muerte. 

¿En qué momento surge el culto a la muerte en México? 

De acuerdo con el portal México Desconocido, algunos antropólogos como Katia Perdigón rastrearon el culto hasta el siglo XVII, en la veneración de un esqueleto conocido como San Pascualito Rey. Pero enfatiza en que históricamente el culto se manifestó abiertamente en el año 1965 en Hidalgo. 

El Altar Mayor en calle Alfarería, número 12

De acuerdo con los seguidores de este culto, el primer altar que se expuso en México en vía pública fue instalado en octubre de 2001 en la colonia Morelos, que se encuentra en la calle Alfarería número 12. Con el paso del tiempo ha crecido tanto que muchos lo consideran “el altar mayor”. Aunque varios investigadores han registrado cerca de 300 altares dedicados a la Muerte en los estados de Puebla, Veracruz, Hidalgo, Zacatecas, Guerrero, Chiapas, Sonora, Chihuahua, Tamaulipas y el Valle de México.

Culto que traspasa fronteras 

La antropóloga Katia Perdigón indicó que esta devoción surgida en la región centro del país ha cruzado las fronteras sur y norte, e incluso el Océano Atlántico, pues en Europa su iconografía es retomada como un elemento kitsch, es decir, que pertenece a un estilo folclórico, divertido y colorido. 

“De manera que es imposible pronosticar su duración pues se ha reactualizado y reestructurado, de acuerdo con las necesidades del momento y los gustos de quienes profesan este tipo de creencias”, refirió Perdigón al Instituto Nacional de Antropología (INAH). 

El oratorio de la Señora Blanca

En el Oratorio de la Señora Blanca, cito en Ferrocarril de Cintura 38 e/ San Antonio y Alarcón, Zona Centro, alcaldía Venustiano Carranza de la Ciudad de México, cada primero de mes se celebra un rosario a la Santa Muerte a las 12 pm y a las 6 pm. Las paredes del lugar, que funge también como tienda de imaginería de la devoción de la muerte, están llenas de figuras de esqueletos encapuchados y de largas vestiduras talares de diferentes colores, con búhos a sus pies y ofrendas en las manos, señala Roberto Garcés Marrero, doctor en Antropología Social por la Universidad Iberoamericana. 

Iconografía de la Niña Blanca

Garcés Marrero, continúa detallando que la iconografía con la que se representa a la Señora Blanca es la que la tradición europea atribuye a la muerte: un esqueleto vestido con la túnica negra y talar, la guadaña, a veces la balanza, el búho y sostiene una esfera simbolizando que en sus manos está el mundo. Generalmente se muestra su rostro descarnado, pero a veces se le cubre la cara como con un velo o se representa como un ángel muy femenino. 

Dicen sus devotos que no tiene corona porque es un ser espiritual muy humilde, por eso sus seguidores deben evitar la soberbia y ser como ella, sin embargo, se ha podido observar muchas imágenes coronadas. 

Elementos que conforman un altar de la Santa Muerte

El estudio sociológico de Garcés Marrero, titulado: “La Santa Muerte en la Ciudad de México: devoción, vida cotidiana y espacio público”, indica que en el altar dedicado al culto siempre hay flores y veladoras ante la imagen principal, llamada Esperanza, a la cual le cambian el vestuario mensualmente. 

Destacan las veladoras, cuyos colores cambian de acuerdo con la petición: rojo para el amor, blanco para la purificación, y contra las envidias, dorado para el dinero y la fortuna en el comercio, verde para la justicia, azul para la sabiduría.

Al colocar flores como rosas, claveles, nardos, gardenias, tulipanes o cualquiera que usted desee, le estara rindiendo un tributo a su Santa Muerte. La funcion de todo esto es para que cumpla todas las peticiones y deseos, por eso es aconsejable que siempre tenga sus flores lo mas frescas posibles, evita dejar flores marchitas y de olores fotidos, ya que esto te atraera mala suerte y energia negativa, refiere el Libro de la Santa Muerte

¿Qué oración se le reza a la Santa Muerte?

Roberto Garcés Marrero detalla que a los rezos acuden no más de quince personas. Muchos van vestidos de negro. Allí quien dirige la oración enciende un sahumerio y lo pone en la entrada, para espantar malas influencias

Se recita un rosario muy parecido al del rito católico.  Se repiten Ave Marías y Padre Nuestros, intercalando invocaciones a la Santa Muerte. Se le ruega por protección, que “cubra a todos sus devotos con su manto oscuro”. 

Mientras se reza, un señor mayor va ungiendo a cada uno de los presentes, en tres momentos distintos de la celebración, con perfume, aceite y licor. Los unta en la frente, en la nuca y en las manos. Se repite varias veces un fragmento de la oración: “ojos tengan y no me vean, manos tengan y no me toquen, pies tengan y no me alcancen, armas tengan y no disparen…” El constante clamor por protección hace evidente el profundo sentimiento de inseguridad que viven los creyentes. 

¿Qué se necesita para agremiarse al culto? 

Para agremiarse a la devoción a la Santa Muerte -a quien llama “la Señora”- no hay proceso de iniciación, la entrada al culto es espontánea. Generalmente ocurre por momentos difíciles de la vida en la que se le pide intersección al ícono A partir de que este cumpla la petición, los creyentes se consagran a su culto.

Se cree que desde los orígenes del culto la Santa Muerte fue relacionada a las personas que ponen en riesgo su vida, principalmente políticos, delincuentes y policías. Sin embargo, en los últimos años el culto se ha expandido entre los grupos estigmatizados por las líneas conservadoras, tales como sexoservidoras, miembros de la comunidad LGBT y gente dedicada al comercio informal. 

Los veneradores de la Santa Muerte son altamente cuidadosos de no ofender a la imagen. Pese a ello, la relación de respeto no se expresa como timidez, ya que otros actos de devoción incluyen la charla sincera, beber embriagantes en compañía de la imagen, rosarios, misas negras y ofrendas de distintos tipos.

(Con información de Aristegui Noticias, México Desconocido e INAH)

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