Tapachula.- Las mujeres indígenas de Chiapas y Guerrero se sumaron a las protestas para exigir cese a la violencia de género.

Desde la comunidad de Acteal, en Chiapas, donde ocurrió la masacre en 1997, recordaron que en ese ataque fueron asesinadas 21 mujeres y 12 niñas, incluyendo a cuatro mujeres embarazadas.

En Acteal realizaron una ceremonia en la que recriminaron que las agresiones contra el sexo femenino se han intensificado, incluso por parte de las propias autoridades.

Recordaron los asesinatos de Ingrid Escamilla, desollada por su esposo; el caso de la niña Fátima, raptada por una pareja; de la activista Bertha Cáceres, atacada a balazos en Honduras; de Ernestina Ausencio, violada por militares en 2007; entre otros.

Hay una violencia indiscriminada por todo el País, desde Ciudad Juárez hasta Oaxaca y Chiapas, señalaron en un pronunciamiento.

Abundaron que en Chiapas las mujeres también sufren desplazamiento, falta de respeto a derechos como en el caso indígena no les permiten heredar la tierra de sus padres o esposos, son despojadas de sus territorios y violentadas constantemente.

En Acteal han demandado la salida de un campamento militar porque la población en lugar de sentirse segura y protegida se siente amenazada e intimidada.

Desde los Altos de Chiapas se solidarizaron con las mujeres que protestan en el país y otras partes del mundo.

Por otro lado, mujeres de la comunidad de Xochitempa del Municipio de Chilapa, en Guerrero, que están desplazadas por la violencia protestaron en el Zócalo de Chilpancingo en el marco del Día Internacional de la Mujer.

Las mujeres de esta comunidad indígena se apostaron en la plancha del Zócalo en donde colocaron más de una decena de cruces de madera en referencia al número de mujeres que han muerto asesinadas a balazos y otras por negligencia médica.

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Clemencia Guevara Tejedor afirmó que en este día sus compañeras se sumaron a las protestas que se dan a nivel mundial para exigir un alto a la violencia feminicida.

Contó que este grupo de mujeres salió de su comunidad luego de que recibieron amenazas de muerte por parte de integrantes de la Policía Comunitaria de la Coordinadora Regional de Autoridades Comunitarias de Pueblos Originarios (CRAC-PF) de Rincón de Chautla.

Hace casi un año, narró, una mujer de Xochitempa, de nombre Eduarda fue asesinada y quemada.

Este grupo de mujeres fue a su velorio y por eso motivo las corrieron de su comunidad a donde siguen sin regresar, señaló.

La violencia en esa zona ha dejado un saldo de 63 personas asesinadas desde el 2015 y muchas de éstas son mujeres.

Durante la protesta, las mujeres exigieron justicia y que el Gobierno les garantice el regreso a su comunidad.

"No vemos que el Gobierno federal que encabeza Andrés Manuel López Obrador y el estatal del priista Héctor Astudillo, nos haga justicia", dijo en idioma nahua una de las desplazadas.