Nuevo León: HU de la UANL se atasca con ingresos psiquiátricos
Stefan Fernández reveló que la demanda de ayuda médica aumentó tras la pandemia de Covid-19.
El Departamento de Psiquiatría del Hospital Universitario de la UANL, se enfrenta a un desafío significativo debido al constante ingreso de pacientes que necesitan internamiento a causa de situaciones mentales críticas, las cuales a menudo involucran intentos o ideación suicida.
Esta demanda ha superado la capacidad actual del departamento, generando una situación que requiere atención y soluciones efectivas para garantizar el bienestar de los pacientes.
Tal situación existe a pesar de que en noviembre del año pasado se abrieron en su edificio dos niveles de hospitalización tras un importante proceso de ampliación, que aumentó la infraestructura de 20 a 44 camas en tres pisos, de las que 10 son para niños.
Sin embargo, esto aún es insuficiente, lo que lleva a quienes ahí buscan ayuda a entrar a una lista de espera de casi mes y medio.
Stefan Fernández, jefe del Departamento de Psiquiatría de la UANL, declaró que la demanda de quienes requieren tratamiento psiquiátrico y vigilancia médica las 24 horas del día ha aumentado 20 por ciento, especialmente tras el golpe que representó Covid-19 a las emociones de la población.
"Siempre hemos estado rebasados, pero ahora más que nunca, por todo lo que la pandemia y post pandemia llegó a tocar en cuestiones depresivas y ansiosas. Es una situación muy difícil”, señaló el especialista.
"Generalmente nos refieren a los pacientes cuando ya no pudieron con ellos en otras instituciones, entonces nos llegan casos de los más difíciles que pueda haber", subrayó.
Una mirada al Departamento de Psiquiatría del HU
Al Departamento de Psiquiatría del Hospital Universitario, llegan personas que sufren depresión y ansiedad procedentes de Nuevo León y de otras ciudades del norte de México, indicó Fernández.
Se calcula que además del servicio de internamiento, en esta área se dan 35 mil consultas externas al año.
Cuando la persona llega a un riesgo de causarse daño a sí mismo o a otras personas, es cuando se requiere la hospitalización.
Un cuadro agudo por una enfermedad como esquizofrenia puede tener dos semanas de internamiento, mientras que en otras crisis, como las de trastornos de la personalidad, llega a ser de un mes.
Cuando no hay camas disponibles, el Departamento recurre al manejo de intervenciones en crisis, en la que especialistas enseñan a la familia del paciente medidas de emergencia y contención para reducir los riesgos.
"Es como más o menos se ayuda a las personas", señala el jefe del Departamento.
Un equipo de especialistas élite
La planta de especialistas y profesores del Departamento cuenta con experiencia en reconocidos centros psiquiátricos como la Menninger Clinic y la Clínica Mayo, señala Fernández.
De igual forma, comenta que no sólo buscan recibirlos en un lugar digno y de calidad, sino también brindarles una atención de primer mundo.
"Tenemos súper especializado aquí al personal".
El Hospital Universitario de la UANL, está diseñado para cuidar la privacidad de los pacientes. Incluye áreas comunes, comedor, consultorios y un sistema de monitoreo en cada espacio.
Aprendiendo a lidiar con los pensamientos internos
Durante el día, los pacientes realizan actividades como yoga, expresión corporal, cocina, moldeo de barro, música y musicoterapia.
"Lo que se busca es que ellos adquieran esas herramientas para poder manejar sus emociones y que eso que aprendan aquí, lo puedan replicar afuera", explicó Fernández.
El equipo de especialistas, también espera cambiar el concepto que desde afuera se tiene del internamiento. De entrada, se pide que cada hospitalización sea voluntaria.
Como es el caso de Mónica, una paciente con bipolaridad.
"Había tocado fondo y sabía que aquí es un lugar seguro", contó sobre su decisión de internarse.
El día que aceptó compartir su testimonio, Mónica terminaba dos semanas de hospitalización por un profundo descontrol tras dejar de tomar sus medicamentos.
"Me siento muy tranquila. Trabajé muy bien lo que necesitaba trabajar en estos días. Me siento muy en paz porque ya me ajustaron todos los medicamentos y ya estoy en un estado de ánimo estable. Estoy lista para continuar con mi terapia afuera", dijo.
Al ayudar a más pacientes con problemas críticos de salud mental, se apoya a más familias, como en el caso de Mónica, quien es mamá de tres adolescentes, con quienes hablaba por teléfono a diario durante su internamiento.
"Gran parte de esto que hago (la hospitalización) es por ellos, porque ellos necesitan que su mamá esté bien", dice.
Con información de Reforma