Pan de muerto: una tradición que apoya la reintegración social
Ángel Encinas elabora postres como parte de sus actividades en un centro de rehabilitación de drogadictos anónimos.
En estas fechas, es común que en cada hogar u oficina se compre un delicioso y azucarado pan de muerto, que se acompaña con una taza de café o chocolate caliente.
Para otros, como Ángel Encinas, este postre de temporada representa una forma en la que pueden reintegrarse a la sociedad con una ‘pizca de dulzura’.
Ángel Encinas, quien a los 17 años empezó a consumir drogas, relata que no pensaba que esas sustancias le harían tanto daño en su vida.
“Creí que nunca iba a terminar mal, conozco a muchas personas en las circunstancias que atraviesan y jamás me imaginé verme de esa manera. Cuando vi que ya estaba así, dije: 'ya la estoy regando. Necesito ayuda’”.
Fue en el momento en que ‘tocó fondo’ cuando supo que tenía que buscar apoyo y lo encontró en ‘Fuente de Vida’, centro de rehabilitación de Drogadictos Anónimos en Monterrey, que desde hace más de una década elabora piezas de repostería para ayudar a más personas con problemas de adicciones.
Como cada año, Ángel -hoy de 28 años- está preparándose para la tradicional venta de pan de muerto, que estará disponible este fin de semana en varios templos de la ciudad.
La elaboración de este alimento es parte de un taller ocupacional del centro y con lo recaudado ayudan a mantener el lugar.
"Buscamos que las personas puedan tener un oficio para que el día de mañana que se reintegren a la sociedad puedan ponerlo en práctica", comparte Encinas, secretario del centro.
"Queremos que las personas que salgan puedan dar ejemplo de lo que es ‘Fuente de Vida’, de lo que hace con nosotros, que no nada más es que te hayas dejado de drogar, sino que le hayas dado un giro total a tu vida".
Creado en 2009, ‘Fuente de Vida’ cuenta con la certificación de la Comisión Nacional Contra las Adicciones.
Trabajan bajo un modelo gratuito y voluntario con duración de tres meses, durante los cuales las personas reciben terapia individual, grupal, deportiva, recreativa y ocupacional, como es el taller de panadería donde, año con año, elaboran rosca de reyes y pan de muerto para la venta.
La elaboración de los panes inició ayer y concluye mañana, con la meta de vender mil 500 piezas que tienen un costo de 100 pesos, cada una.
Con información de Reforma