MÉXICO.- Para muchos negocios y comercios, la pandemia del COVID-19 ha reducido sus operaciones y los ha obligado a tomar medidas extremas, pero, para otros, fue la causante del cierre total de varios establecimientos de Nuevo León.

Como resultado de las pérdidas de mil 605 millones de pesos semanales, que estima la Canaco, los letreros de "Se Renta" abundan ya en plazas y centros comerciales del área metropolitana.

Esto se puede ver, por ejemplo, en la Plaza Revolución, donde la mayor parte de los locales del segundo piso está cerrada, cuando antes de la pandemia estaba abierta.

Allí, indicó uno de los locatarios, han cerrado sus puertas un salón infantil, una agencia inmobiliaria, una boutique, una escuela de Yoga, una de karate, un salón de belleza, una librería y una agencia de representación. 

"Los clientes bajaron, muchos ya no están. Muchos ya aquí aventamos la toalla. Yo estoy ahí nadamás por orgullo, nadamás por terquearle", dijo.

"Yo tuve que agarrar una chamba de medio turno para pagar aquí la renta, los servicios".

Negocios de diversos giros no soportaron el confinamiento y la pandemia, y empleados de comercios que han resistido la falta de actividad contaron cómo otros locales no tuvieron la misma suerte.

"Ahora, con la pandemia, cerraron algunos. De hecho, muchos. Unos desde octubre no aguantaron. Otros tronaron en diciembre", contó Fidel Salas, empleado en el negocio de ropa Guantanamera, en la Plaza Calzadas, en San Pedro.

El mismo panorama se observó en la Plaza Villaplatinum, donde se veía desmontada una escuela de música, un negocio para poner uñas y un lugar donde se organizaban fiestas infantiles.

Los centros comerciales tampoco han sido ajenos. En Esfera, en el sur de Monterrey, al menos unos 15 comercios han cerrado sus puertas. El caso más notorio es el de la tienda departamental Sears, que fue cerrada.

Incluso, en centros comerciales como Plaza Fiesta San Agustín y Plaza Valle San Pedro también hubo cierres.

"Han cerrado muchos recientemente. Nos afecta que muchos de nuestros clientes eran adultos mayores, pero ahora no los dejan entrar", señaló Ricardo Herrera, dueño de un negocio de artículos para celulares.

"Lamentablemente la venta está muy baja, y pues a unos no les alcanzó para la renta".

Empresas como Coppel también han tenido que cerrar

Al poniente del área metropolitana, en el centro comercial Paseo Santa Catarina y en la Plaza Lechugal, también hay locales abandonados y otros recién desmontados, como un Coppel, una barbería, una agencia de autos y una lavandería.

Igualmente, antros y bares en el Barrio Antiguo han resentido el impacto.

"Se la están viendo bien dura porque pagan renta... Están cerrando muchos negocios", dijo Alexis Gómez empleado de La Pizza.