El polvo del Sahara aumentó 800% este año; alerta la UNAM por afectaciones

Dos efectos son la baja visibilidad y el transporte de patógenos oportunistas de otras naciones.

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La nube de polvo del Sahara, que este año aumentó en un 800 por ciento en México, puede provocar o intensificar problemas respiratorios, advirtieron especialistas de la UNAM. (Foto: Reforma).
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Ciudad de México.- La nube de polvo del Sahara, que este año aumentó en un 800 por ciento en México, puede provocar o intensificar problemas respiratorios, advirtieron especialistas de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

En la conferencia virtual  "Tormentas de Polvo provenientes del Sahara ¿cuáles son sus efectos en México?", Luis Antonio Ladino, investigador del Centro de Ciencias de la Atmósfera, alertó sobre otros efectos negativos como la baja visibilidad, lo que repercute en el funcionamiento de aeropuertos; y el transporte de patógenos oportunistas de otras naciones.

Aunque también destacó que las tormentas de polvo tienen efectos positivos como el transporte de nutrientes, la inhibición de ciclones tropicales y que se propicie el enfriamiento de la superficie terrestre.

El investigador refirió que este fenómeno ocurre todos los años con diferente intensidad. Sin embargo, en esta ocasión, se ha tenido un registro sin precedentes.

Incluso, Ladino aseguró que desde hace 50 años no se veía una nube de polvo de esa magnitud en territorio mexicano.

Explicó que durante su entrada a la Península de Yucatán, el pasado 23 de junio, se reportó un aumento considerable de partículas PM2.5 y PM10.

"Estamos experimentando un aumento del 800 por ciento y la pluma apenas está llegando. Es bastante significativo", dijo.

Las partículas más peligrosas, indicó, son las PM2.5, ya que son las más pequeñas.

"Una vez que las respiremos, las más grandes se van a quedar atrapadas en la parte nasal y en la tráquea pudiendo causar algunas irritaciones", comentó.

"Pero si hay partículas muy pequeñitas pueden seguir avanzando en el sistema respiratorio, llegar a los pulmones y, en el peor de los casos, llegar a los alvéolos o al torrente sanguíneo y esto puede ser muy peligroso en altas concentraciones".

Aunado a ello, agregó, las tormentas trasladan bacterias y hongos.

"Nosotros logramos identificar ciertas bacterias, no sabemos si aún son patógenos oportunistas o no. La idea ahora es tratar de ver si tienen resistencia a antibiótico o no y tratar de ver qué tipo de enfermedades se pudieran desencadenar", dijo.

Por su parte, Alejandro Aguilar, investigador del Laboratorio Nacional de Observación de la Tierra y del Instituto de Geografía, indicó que las medidas recomendadas son las mismas que para el Covid-19, por lo que sólo se debe mantenerlas.

"Son las recomendaciones parecidas a las actuales debido a la contingencia por el coronavirus y protegerse con cubrebocas", mencionó.

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