Sábado Santo y la tradición de arrojarse agua
El Sábado Santo se trata de un día de luto por la muerte de Jesús de Nazaret, así como se espera su resurrección.
Ciudad de México.- La Semana Santa es una de las celebraciones más importantes para los católicos, pues se conmemora la pasión, muerte y resurrección de Jesucristo.
El Sábado de Gloria o Sábado Santo entra dentro de estas celebraciones y marca el fin de la Semana Santa. Se trata de un día de luto por la muerte de Jesús de Nazaret, pero también es el tiempo en el que se espera su resurrección.
La tradición de arrojarse agua
El acto de arrojarse agua en Sábado de Gloria se está eliminando. En México y en otras partes del mundo se acostumbraba (se sigue acostumbrando, aunque ya mucho menos) a aventarse globos rellenos o cubetas de agua. Pero, debido a la escasez de la misma y a que esta tradición deriva en un desperdicio del vital líquido, debe desaparecer. Actualmente está prohibida, incluso hay multas para quienes no obedezcan y sigan tirando agua.
¿Cómo surge la tradición de arrojarse agua?
La tradición de aventarse agua para celebrar la resurrección de Cristo un día antes de Pascua surge en la Edad Media, cuando la iglesia católica ordenaba seguir al pie de la letra la cancelación de actividades durante la cuaresma como el no bañarse durante la Semana Santa, ya que el hacerlo era un pecado, porque el agua era el elemento más importante de purificación y no podía utilizarse durante esa semana hasta el Sábado de Gloria.
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Al llegar el sábado, las personas solían aventarse cubetadas de agua para purificar su alma y lavar sus pecados.
Ese día y durante la noche, las iglesias bautizaban a muchos que deseaban convertirse en fieles católicos, pero debido al gran número que asistían, los sacerdotes optaron por mojar a todos al mismo tiempo en lugar de utilizar la pila bautismal.
¿Sábado de Gloria o Sábado Santo?
Aunque la mayoría conoce este día como Sábado de Gloria, su nombre correcto es Sábado Santo.
Ocurrió el cambio de nombre en 1955, en la Reforma Litúrgica de Semana Santa del papa Pío XII. El decreto hizo que la Vigilia Pascual se realizará en la noche del sábado y no en el día como solía hacerse.
El Sábado Santo es un día de silencio y luto por la muerte de Jesús y el recuerdo de la soledad de María. No se pueden casar las parejas cristianas y tampoco se puede administrar otro sacramento.
En las iglesias también se hace una ceremonia en el exterior donde se enciende una fogata que representa la vida y la confirmación de la fe católica. El sacerdote consagra el cirio pascual que representa a Cristo resucitado y entra al templo que se encuentra en completa oscuridad. Detrás de él entran los fieles con velas encendidas.