Documentos hackeados por “Guacamaya” revelan que la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) permite que el grupo del crimen organizado “Los Viagras”, mate y extorsione prácticamente en sus narices.

Carlos Loret de Mola, en su programa de Latinus, dio a conocer nuevos documentos obtenidos del hackeo a la Sedena, mismos que revelan cómo, aunque los militares saben dónde, cómo y cuándo los delincuentes comenten sus crímenes; prácticamente no hacen nada por evitarlo.

De hecho, los documentos revelan que el cártel de “Los Viagras” compra sus armas en una tienda ubicada enfrente de la entrada del Campo Militar 43, en Michoacán.

Estas armas se usan para ejecutar a personas que les resultan incómodas a los delincuentes, y muestra de ello es que en otro reporte, la misma Sedena tenía santo y seña de una ejecución ordenada por un líder del cártel, identificado con el alias “El Toro”.

Pero los militares, siguiendo la política del presidente de “abrazos, no balazos”, no hicieron nada.

Días después, el mismo personal militar confirmó la ejecución del sujeto, además de ubicar el cadáver.

Extorsiones al por mayor, sin que Sedena intervenga

Otro de los documentos filtrados revela que el mismo cártel de “Los Viagras” realiza extorsiones al por mayor en la zona, especialmente en productos como el limón y el precio del pollo.

En el parte escrito por los mismos militares, se evidencia que un solo extorsionador gana hasta 60 mil pesos diarios producto de sus “gestiones” con los agricultores de limón, a quienes además ordena cuándo cosechar el producto, para acapararlo y manipular el precio.

También el hackeo revela que el Ejército sospecha de Daniel Asaf, hombre cercano al presidente Andrés Manuel López Obrador, por supuestos actos de corrupción.

La Sedena investigó al coordinador de la Ayundatía de presidente luego de que se reuniera con un exmilitar a quien el actual gobierno otorgó 51 contratos millonarios hasta 47 millones pesos.

(Con información de Latinus)