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PUEBLA.- La misa en la que sería bautizada Arizbeth de dos meses de edad, se convirtió en un infierno.

La magnitud de 7.1 grados del sismo que sacudió el centro del país este martes, colapsó la iglesia de Atzala en donde estaba la niña con sus familiares y padrinos, informó el portal Huffington post.

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Todos quedaron atrapados entre los escombros, menos el sacerdote y el sacristán. Arizbeth, su hermanita, su mamá, sus padrinos y los dos hijos de estos quedaron bajo una piedra gigante que les cayó en la cabeza

Junto a ellos, ya no salieron con vida otros familiares como la mamá, la suegra y una cuñada de quien sería el padrino, Florencio.

En total fueron rescatados 12 cadáveres la noche de este martes, de los cuales, 11 son velados este miércoles en la casa de la familia Villanueva Mereces, en el centro de la comunidad, ubicada a dos horas de la capital del estado.

El otro era un funcionario del municipio de Chiautla de Tapia, quien fue llevado a su casa para recibir sepultura.

Una de las tres personas que fueron rescatadas con vida, es el papá de la menor que sería bautizada en martes, quien se debate entre la vida y la muerte en un hospital.

Familia de las víctimas

Previo al entierro, acudió este miércoles a la zona el gobernador Antonio Gali Fayad para ofrecer apoyo y a supervisar los daños ocasionados por el terremoto.

Dio el pésame a la familia de las víctimas, quienes le manifestaron que nunca habían vivido una tragedia como ahora, pues no recuerdan daños en el sismo del 85.

En Atzala, se concentra el mayor número de víctimas mortales, de los 43 que han reconocido oficialmente las autoridades.