Tradición del Día de Muertos: la ofrenda y su significado en México
La tradición se remonta a la época prehispánica, cuando los nahuas consideraban la muerte y la cosecha como un ciclo continuo.
En México, el Día de Muertos es una celebración única donde se cree que los difuntos regresan para convivir con sus seres queridos.
Durante los días 1 y 2 de noviembre, las familias colocan ofrendas, también conocidas como altares, para recibir a sus familiares fallecidos con alimentos, flores y objetos simbólicos.
El origen de esta tradición se remonta a la época prehispánica, cuando los nahuas consideraban la muerte y la cosecha como un ciclo continuo. Según el Instituto Nacional de Pueblos Indígenas (INPI), en esos tiempos se ofrecían productos como cacao y aves para honrar a los ancestros.
El #DíaDeMuertos es la más importante tradición mexicana.
— Karla Mawcinitt (@KarlaMawcinitt) November 1, 2024
Al centro de esta fiesta se encuentra la ofrenda: Un vibrante homenaje esperando la llegada de los muertos.
Esta mesa que se llena de regalos está compuesta por diversos elementos, cada uno con un significado especial. pic.twitter.com/pjGZcmna9Q
Con la llegada de los españoles, se integraron las festividades de Todos los Santos y Fieles Difuntos, dando lugar a la tradición que se celebra actualmente.
La ofrenda es clave en esta festividad y contiene elementos específicos. Andrea Rodríguez, investigadora de la UNAM, explica que la flor de cempasúchil se utiliza para guiar a los muertos, gracias a su aroma distintivo.
¿Cómo es el orden de los objetos en el altar de muerto?
El INPI detalla que otros elementos como el agua y la sal simbolizan la purificación y la pureza de las almas. La antropóloga Isabel Lagarriga Attias sugiere que el orden de los objetos, de izquierda a derecha, empieza con frutas, panes, veladoras y flores, colocándose finalmente el incienso.
Cada ofrenda es personalizada: desde calaveras de azúcar dedicadas a la Santísima Trinidad, hasta figuras de barro que representan a los xoloitzcuintles, perros que, según la creencia, ayudan a las almas a cruzar el inframundo.
Una vez concluidos los festejos, el 3 de noviembre, la ofrenda se retira y la comida se comparte entre familiares y vecinos. Este ritual, de profunda significancia espiritual y cultural, es un recordatorio de la conexión entre los vivos y los muertos en la cultura mexicana.
(Con información de El Universal)