Javier Sicilia: el gobierno de Peña Nieto, omiso y criminal

El poeta sostiene que es posible, con amor, transformar al país... y algo de músculo político:

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Javier Sicilia, poeta y activista, en entrevista con Fernando del Collado. (Foto: www.elarsenal.net)
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Fernando del Collado/Milenio
CIUDAD DE MÉXICO.- En el corazón de Morelos, el poeta encabeza la movilización civil con ayuno de “alimento y palabra”. Se han revelado al gobernador. El poeta sostiene que es posible, con amor, transformar al país... y algo de músculo político:

¿Señalar al gobernador Graco con el crimen organizado no es temerario?

No, absolutamente.

¿Y lo es?

Por supuesto, no tendríamos tantos asesinados y desaparecidos.

¿Cómo lo sabe?

Porque lo vivo todos los días. Soy una víctima de este estado pantanoso.

¿Graco, dictador?

¡Tiranuelo!

¿Las palabras se le revelan, poeta?

Sí, esa es la condición del poeta.

¿Y las pruebas?

También. El poeta mira, intuye y después comprueba que la realidad es así.

“Solo, ante el pelotón que lo ejecuta”.

No sé. Hay mucha gente que me quiere, apoya y que estamos dando la cara por la dignidad de este país.

¿Vive, acaso, Morelos una rebelión en la granja?

Sí, absolutamente.

¿Qué es exactamente lo que quieren?

Que salga y que se cree un gobierno de reconciliación.

¿Qué beneficio ve?

El beneficio de que salga es que podemos crear un nuevo pacto social.

¿A ustedes quiénes lo apoyan?

Pues la mayor parte de la gente de Morelos.

¿El gobierno federal?

Hay una puerta abierta, esperemos que no se cierre.

Desde Gobernación.

¡Desde Gobernación!

¿El poeta siempre tiene la razón, aunque no la tenga?

El poeta ve más allá de lo que ve la gente y lo dice de manera intuitiva.

En fin, ¿se ha puesto en el lugar de un funcionario?

Por supuesto.

¿Ha sentido sus flaquezas?

Por supuesto.

¿Ha mirado sus ojos de recelos?

¡Por supuesto!

“Sus ojos a otro sueño, a otra medida”.

Pues mientras no tomen el camino de la gente y de la democracia no habrá franqueza.

¿Aún piensa que es el sistema?

¡Es el sistema! Hay buenos hombres en el gobierno, pero no alcanza porque el sistema lo rompe.

¿El ciudadano siempre tiene la razón, aunque no la tenga?

El consenso ciudadano, no el ciudadano. El pacto social de los ciudadanos.

¿Se le agotó la paciencia, poeta?

¡Está a punto de agotarse!

¿Qué no se trataba de abrazarnos todos?

Pues sí, pero parece que estos gobiernos y una buena parte del país no entiende que es el amor. Por eso estamos en este desorden del crimen.

¿Y ha sentido el abrazo del poder?

No, el abrazo del poder es triturante y me he defendido de él.

¿Se resiste a besarlo?

Al poder sí. A los seres humanos que lo detentan, no.

¿Algo de encanto tiene la política?

Lo político. La política la han degradado los partidos y las partidocracias.

En fin, ¿hay un punto de reconciliación?

Con Graco Ramírez ninguno. No se habla con un psicópata.

¿No fue Graco quien detuvo al asesino material de su hijo?

No, no fue Graco. Fue el gobierno federal, fue la Policía Federal.

¿Alberto Capella trabaja también para el crimen?

Alberto Capella por desgracia es un simulador: un pandillero.

¿En algo se empatan?

Estimo a la persona Capella, pero me ha decepcionado como policía.

¿No se empatan ni en el martirologio?

No, no estoy por el martirologio.

¿No hay mayor martirologio hoy que ser flagelado por un granadero?

Me enfrenté a un poder. Ese poder abusó y lo he denunciado. No lo he aceptado como un martirio.

“No lo alcanza el rencor, duro e imprevisto”.

No, sé distinguir lo que no distingue Graco entre la lucha política y los seres de carne y hueso.

¿Alguien ha osado en poner a prueba su convocatoria?

Sí, el propio gobierno.

100 mil morelenses movilizados...

¡Así es!

Todo un frente amplio morelense.

Sí. Todo un frente amplio.

¿Todo un guía, don Javier?

Se lo debemos también al rector de la universidad Alejandro Vera. Yo lo acompaño.

¿Y muerto el gobernador, se acaba la rabia?

Que no muera, que se vaya para que se acabe la rabia. ¡Que lo encierren!

¿Qué es un berrinche, Sicilia?

La incapacidad de la razón y la víscera como forma de argumento.

En serio, ¿ayuno de “alimento y de palabra”?

Hay que recordar a Gandhi: frente a la violencia el ayuno, que es una forma del amor.

¿Es chantaje?

No. Es privarse del alimento para devolverle un poco de alimento a los otros.

¿Qué mensaje les ha mandado Gobernación?

Que están trabajando para poder destrabar lo que no ha destrabado el gobernador.

¿Qué quiere, Sicilia?

Quiero un mundo de paz, un país con justicia y dignidad.

¿Apoyar y operar para que Vera sea gobernador?

Si lo lanzan será la propia gente, pero yo no voy a ir al gobierno de Vera si llega.

¿Las manos al fuego por el rector?

Sí, es un hombre honesto, un hombre moral.

¿Eso es poesía en toda su lealtad, don Sicilia?

Absolutamente y creo que el rector detenta en sus actos a la poesía.

Mientras, en la otra acera, ¿crece el secuestro?

Así es.

La extorsión...

Así es.

¿El crimen no ceja?

No ceja. Las desapariciones, las fosas... Hay una complicidad entre ciertos sectores del gobierno con el crimen organizado.

¿Se ha perdido la batalla?

No, nunca se pierde.

¿Y el Estado?

El Estado tiene que refundarse si queremos salvar al país.

¿Fallido?

Más bien es un estado, desde la perspectiva criminal, logrado.

¿Qué palabra, poeta, define al gobierno de Enrique Peña?

Un gobierno omiso y criminal.

¿Y en eso qué ha contribuido usted?

He contribuido a decir y tratar de cambiar con el movimiento. Pero no han escuchado.

¿Se le dejó gobernar?

¿A Peña Nieto? Sí, pero él ha hecho del gobierno una sucesión de equívocos.

¿Sacar a Tomás Zerón no favoreció al crimen?

No, porque desde la perspectiva del GIEI —que corrieron—, Zerón había mentido.

¿Tercer cambio en lo que va del gobierno?

El problema es sistémico y estructural, no de personas. Hay que transformar al Estado.

¿Es improvisación o incompetencia?

Son las dos cosas.

¿Usted lo haría mejor?

No, por eso no estoy en la política.

Vuelvo, ¿qué define hoy Ayotzinapa?

El dolor, la realidad del país, la desaparición como forma de gobierno.

¿Fue el Estado?

¡Fue el Estado!

¿El Ejército?

El Ejército forma parte del Estado.

¿Lo dice con toda responsabilidad?

Cuando un gobierno no puede proteger y no sabe dónde están 43 de sus ciudadanos por no hablar de los quizá más de 30 mil, es un Estado irresponsable y criminal.

¿Vende bien el uso político de los desaparecidos?

Depende quién lo use. No es un asunto de venta, es un asunto de dignidad.

¿El pobre siempre tiene la razón, aunque no la tenga?

No necesariamente.

¿Los padres siempre tendrán la razón?

En este caso sí. La víctima tiene la razón, pide justicia.

¿Seguimos solos?

Seguimos solos.

¿Sirve la voz?

La voz, sí.

“Solo queda un mundo”.

Un mundo: el mundo de los justos de quienes hacen posible la vida.

¿Cómo construimos la paz, poeta?

Uniéndonos y poniéndonos al servicio de la persona humana y del amor.

¿Hay salida para el movimiento civil?

Sí, siempre y cuando se unifique.

¿Y si mejor nos vamos, poeta?

¿Adónde? Este es nuestro mundo: ¡hay que defenderlo!

“El dolor no se me aparta”.

Sigue ahí. Es lo que me hace reaccionar, trabajar. El dolor está implicado con el amor en mi vida.

¿Y la ausencia?

Es algo que tampoco entendemos. Hay que llenarla con el hueco de la justicia.

¿La venganza?

No, la justicia.

¿Tetelcingo?

Tetelcingo, el dolor atroz, incontenible. El dolor del país.

“Sentado ante su luz el día es duro”.

Muy duro, muy duro porque estamos en el desierto.

¿Y todavía convoca a su Dios, poeta?

Dios no tiene nada qué ver con esto. Es un asunto de los hombres.

¿Matrimonios igualitarios?

Pues si así lo quieren. Eran libres, quieren engancharse al Estado, allá ellos.

Ya en serio, ¿usted qué pactó con el obispo?

No pacté nada. Soy católico, hablo con él como hablo con todos los sacerdotes.

Dejémonos de rosas, ¿hasta dónde quiere llegar, Sicilia?

Hasta que este país sea justo, encuentre la paz y podamos saber qué pasó con nuestros desaparecidos.

¿No querrá ser gobernador?

Para nada, el poder lo desprecio.

Por cierto, ¿aún mantiene el voto de confianza a Peña?

No nos ha dado condiciones para confiar en él.

¿Y el beso?

Pues es a la persona Peña, no al Presidente.

¿Quizá ahora sí le tome el beso AMLO?

No creo, AMLO no entiende del amor.

¿Se lo daría?

Por supuesto, lo estimo mucho.

¿Y su fuerza para 2018?

Creo que no. Ninguno. Si no es un cambio fundamental, nadie va a resolver el problema del Estado.

¿Y si mejor nos vamos, poeta?

No, hay que quedarnos. Este es nuestro mundo, nuestro país, nuestra vida. 

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