Un 'volcán' hace erupción cada tarde en Campeche

Investigadores piden que la cueva de los murciélagos sea santuario.

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Las obras carreteras generaron 'bajas' en la población de murciélagos del 'volcán'.
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América García/SIPSE
CAMPECHE, Camp.- Investigadores de Campeche pedirán al Gobierno federal que declare santuario El Volcán de los Murciélagos, en Calakmul, por la riqueza de fauna que ‘oculta’.

El último conteo estadístico revela que la cueva resguarda 2.3 millones de murciélagos, cifra 20 veces mayor a la que se había considerado originalmente de 100 mil.

“La gran cantidad de murciélagos implica un objeto de conservación”, señala Griselda Escalona Segura, investigadora del colegio de la Frontera Sura (Ecosur).

Cada día, en el ocaso, este ‘volcán’ estalla y despide una lava oscura: se escucha el intenso zumbido de millones de murciélagos que forman una espiral.

Una ‘explosión’ similar sólo ocurre en otro lado del mundo, en Malasia, según organizadores de Deadly 60, de la BBC, que realizaron videograbaciones del fenómeno Calakmul.

Los murciélagos salen al anochecer de la cueva que se localiza en el kilómetro 106 de la carretera Escárcega-Xpujil y regresan a ella con el peculiar sonido de avispas, en caída libre. 

La mayoría de los murciélagos se alimenta de fruta o insectos

Son mamíferos del orden Chiroptera que proviene de las raíces griegas “cheir” mano y “pteron” alas, cuya estructura ha sido modificada para volar; los pliegues de sus “manos” se extienden para volar tan alto como águilas” a más de tres mil metros de altura, describe Escalona.

En la cueva se han hallado nueve especies, entre ellas una especie nectarívora, es decir, que se alimenta del néctar; el resto son insectívoras. De éstos se sabe –hablando de millones de murciélagos– que cada uno come aproximadamente su peso en insectos.

También destacan otras variedades de estos animales, como el zapotero, es decir, los frugívoros que abundan en toda la ciudad de San Francisco de Campeche. Generalmente tienen una cría en cada reproducción, aunque hay excepciones.

“Hemos registrado que a lo largo del año algunas especies se están reproduciendo; depende de cada especie porque algunas lo hacen una sola vez al año y otras, dos”, asienta Griselda Escalona.

Los científicos que han de entrar a la cueva sólo pueden hacer con equipamiento especial: overol, botas, guantes, cascos, visor y máscaras con filtro para protegerse de los gases y microorganismos dañinos.

Bajan primero la azarosa caída de 54 metros que conduce a la abertura de la caverna. Se deslizan a rapel, perfectamente atados con cuerdas, pues los pies resbalan incluso antes de poner un pie adentro.

La luz de las lámparas especiales revelan la espeluznante escena: capas de guano (excremento de murciélago) que llega hasta las rodillas, mientras se lucha con una temperatura ambiente de 38 centígrados y más de 80 por ciento de humedad relativa. Al menos un hombre puede perder unos tres kilos en una sola expedición.

Cuando los ojos se adaptan a la poca luz provista, puede verse una marea de escarabajos, cucarachas y otros insectos que caminan a todo lo largo y lo ancho de la cavidad que hasta ahora ha sido explorada en sus casi 700 metros de profundidad (hay quienes afirman que tiene más de un kilómetro). También hay cuerpos de agua dentro por lo que abundan peces, crustáceos, y seres vivos únicos en la Península.

La percepción visual es limitada, pero las miradas expertas buscan a los oscuros mamíferos que revolotean en las alturas de la cueva y otros a ras del suelo.

En las exploraciones, 2 investigadores enfermaron a causa de un hongo.

Jorge Vargas, investigador de la UAC, quien ingresó con el equipo de espeleólogos, centró sus objetivos en detectar si las especies de murciélagos estaban distribuidas de manera diferencial. Pero encontró con que sólo aparecen dos de las nueve especies en la mayor parte de la cueva.

“En las grabaciones con cámara térmica vimos que muchos murciégalos salían de pequeñas oquedades en las paredes de la cueva, entonces establecimos la primera hipótesis de que en otras áreas de la cueva se refugian las otras especies”, asegura Griselda Escalona, pero por lo pronto es algo difícil de comprobar.

Hay otro enemigo que pone en peligro inminente la vida del hombre: el histoplasma capsulatum, un hongo que provoca la sintomatología de la tuberculosis: durante las exploraciones dos investigadores enfermaron a causa de este hongo.

Por ello, las instituciones emitieron el llamado a los turistas a no ingresar y tener absoluta precaución al observar desde los bordes que conducen a la entrada, debido al riesgo de deslave.

Los investigadores aseguran que el primer conteo arrojó la presencia de 100 mil murciélagos, pero muestreos posteriores señalaban hasta 2.3 millones, de acuerdo Ecosur Chetumal, explica Griselda Escalona Segura.

Posteriormente incrementaron sus visitas al área que es “Zona Sujeta a Conservación Ecológica Balam-Ku” y una vez elaborado el proyecto por el Colegio de la Frontera Sur y la Universidad Autónoma de Campeche utilizaron las cámaras térmicas que, en 90 minutos, revelaron una cantidad multiplicada de estos animales que ascendió aproximadamente a 6.7 millones.

Por ello se determinó que había que proteger la zona, es decir, que esté libre de la destrucción por mano del hombre. 

Otro equipo de la UAC realizó un estudio de contaminantes y encontró que había una alta cantidad de DDT. “Es probable que los murciélagos se contaminen al consumir insectos infectados de DDT” proveniente del área agrícola alrededor de la cueva.

Una de las principales amenazas para estos quirópteros fue la construcción de la carretera Escárcega-Chetumal hace algunos años, pues se encontraron cientos de murciélagos atropellados.

Era tal el anhelo por la conservación, que se proyectó la construcción de un túnel por el cual pasaran los vehículos, pero el costo era muy elevado, por lo que se promovió la colocación de señalamientos en la carretera, a fin de disminuir las pérdidas por atropellamiento.

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