Agencias
MÉXICO, D.F- Apenas son las seis de la mañana y Luisa, una pequeña de apenas 10 meses de edad, ya está lista para ingresar a la Estancia Infantil de la Universidad Autónoma de Chiapas (Unach), la única a nivel nacional que brinda sus servicios exclusivamente a hijos de estudiantes universitarios.

Las puertas de esta guardería se abren a las 6:30 de la mañana, y funciona hasta las tres de la tarde. Todo con la intención de que sus padres puedan tomar sus clases desde la primera hora y hasta que la jornada estudiantil termine, informa Milenio.

El objetivo de este proyecto, según Jaime Valls Esponda, rector de la universidad, es que los alumnos puedan seguir sus estudios, pero no solo eso, sino que “lo hagan con calidad, para ellos y para sus hijos, y que estén seguros de que sus pequeños son cuidados y educados”.

Actualmente la Estancia Infantil de la Unach atiende a 59 niños desde los 45 días de nacidos hasta los tres años con 11 meses; sin embargo, tiene capacidad para 70 bebés.
Para atenderlos cuentan con 10 educadoras, dos doctoras, una enfermera, una psicóloga, una nutrióloga, tres cocineras y dos guardias. El mantenimiento de la estancia se logra gracias a una cuota “simbólica” de 200 pesos que pagan los estudiantes, aportaciones de la misma universidad y a un subsidio federal.

Este proyecto nació gracias a una iniciativa de la Comisión de Equidad de Género del Congreso de la Unión, que en 2011 aprobó un presupuesto federal de 50 millones de pesos para la construcción de estancias infantiles para hijos de universitarios. Después de que la Unach presentó su plan, fue una de las 10 escuelas de nivel superior beneficiadas.

Los casos

Carlos, de 25 años, vive en Tuxtla Gutiérrez. Todos los días se levanta a las 4:30 de la mañana para arreglar “la maletita” de su hija Grecia, de año y medio de edad. A las 5:30 horas, toma un autobús que lo deja sobre el bulevar Belisario Domínguez, sobre el cual se encuentra la universidad.

Llega a la estancia infantil cerca de las seis de la mañana y espera a que las puertas se abran. Su historia no sería distinta a la de otros padres de no ser porque de lunes a viernes él es el responsable de su hija.

Su esposa, joven como él, vive en Comitán y, por razones de trabajo, solo convive con su pequeña los sábados y domingos. De esta forma, Carlos reconoce que no podría cumplir su labor como padre y estudiante de no ser por “la ayuda de la guardería”.

Andrea, por su parte, explica que desde hace tres meses, tiempo que tiene su hijo en la estancia, ha notado grandes cambios. “Me ha ayudado muchísimo (…) Desde que mi hijo está en la guardería, es más sociable, aprende nuevas cosas y desarrolla nuevas actividades psicomotrices”.

Proyecto innovador

La Estancia Infantil de la Unach brinda sus servicios desde el 6 de agosto de 2012, y fue construida con un presupuesto federal de casi 5 millones de pesos.

Edificarla no fue tarea sencilla. Toda la superficie, que es de 900 metros cuadrados, está cubierta con piso anti-impacto. Este suelo evita que los niños sufran golpes a consecuencia de una caída, además de que no es flamable.

Las puertas son de alta seguridad, solo abren por dentro y fueron traídas desde Monterrey, debido a que ahí se encuentra uno de los dos proveedores del país que fabrican estas entradas.

Tiene cristales cubiertos con una película para evitar su desplome en caso de un temblor, amplias salidas de emergencia, un equipo de cocina que satisface las necesidades alimentarias de los pequeños de acuerdo a su edad, y un sistema de circuito cerrado de video-vigilancia que está a disposición de los padres.

Para noviembre de este año está planeado abrir una nueva estancia infantil de la Unach en Tapachula. El servicio arrancará ya con personal certificado, como el que ahora labora en Tuxtla.

Jaime Valls explicó que la intención es que cada vez más alumnos tengan acceso a este servicio, y puedan concluir sus estudios “siempre con calidad”.