MÉRIDA, Yuc.- Cerámica dispersa y un hoyo de aproximadamente un metro de diámetro y más de medio metro de profundidad son evidencias del saqueo en la espectacular cueva del aguacate o Aktún Oon (en maya) de Maxcanú, que, en belleza, compite con las grutas de Loltún.

Los restos de cerámica de diferentes colores y formas hallados por casi toda la cueva son, para los espeleólogos, un claro reflejo de la utilidad que este sitio tenía para las diversas ceremonias mayas, incluso hay al menos cuatro huellas rupestres hechas en negativos de color negro y rojo.

Los integrantes del Grupo Espeleológico Ajau señalaron que el saqueo conlleva otro problema: se mueven de lugar otros objetos, e incluso restos humanos, lo que destruye evidencias trascendentales para entender el contexto del uso que pudo tener el lugar.

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Por ejemplo, se desconoce para qué se usó el hueco encontrado en uno de los caminos de acceso a la parte más amplia de la caverna. En la entrada principal hay dos piedras (metates) que no son fáciles de mover, pero aún así en algún momento fueron movidas, incluso están fracturadas en sus extremos.

Al paso de los años, el acceso a esta cueva ha sido tapiado parcialmente para inhibir que sea utilizada por algunas personas como guarida o se cometan en ella más actos vandálicos.

Esta bella caverna en particular, señalan los expertos, tiene elementos interesantes que con el cuidado adecuado de los guías puede ser aprovechada turísticamente para hacer al menos dos recorridos. 

El Grupo Espeleológico Ajau se conformó en esta excursión por:

• Carlos Evia Cervantes, fundador
• María José Gómez Cobá, presidentan
• Fátima Tec Pool
• María Paredes Pérez
• Addy Loría Uc
• José Virgilio Ek Dzib (guía de naturaleza)
• José Tun Coronado (guía comunitario y guía de naturaleza)
• Juan Huchín (guía)
• René Cahum Rodríguez,
• Adolfo Rodríguez Canto
• Lol Be Uc Canché