EFE
MÉXICO, D.F.- Forzada por su gris comienzo, la selección rusa que dirige Fabio Capello estaba obligada a vencer a Argelia, hoy en Curitiba, para pasar a unos octavos de final, que era el objetivo mínimo del país que acogerá el próximo Mundial, pero no lo pudo cumplir.

En contraparte los argelinos lograron calificar por primera vez en su historia a unos octavos de final tras sus participaciones en 1982, 1986 y 2010.

Después de doce años ausente, tras superar la fase de clasificación europea por delante de la selección portuguesa de Cristiano Ronaldo, el equipo de Capello había despertado enormes expectativas en su afición. Un 25 por ciento creía que podía incluso ganar el título. 

El empate ante Corea del Sur (1-1) y la derrota frente a Bélgica (1-0) habían puesto al técnico italiano (el mejor pagado del Mundial) en el centro de las críticas, acusado de ser demasiado conservador.

Los rusos comenzaron muy bien, con un gol tempranero de cabeza, de Kokorin, apenas a los 6 minutos, pero en el segundo tiempo vinieron a menos y les empataron con un gol de tiro libre.

El cobro de Bramihi fue rematado por Slimani, que prácticamente no tenía marca al momento de rematar.

Incluso en los instantes finales del partido, Argelia tuvo mayor posesión de balón ante la aparente displicencia de los rusos, que quedaron fuera de la contienda.

Críticas previas

A Capello se le había recriminado que no utilizara a Alan Dzagoev ni al exsevillista Alexander Kerzhakov. Al primero, un proyecto de estrella que no acaba de despegar, tan sólo le dio media hora de juego contra los coreanos y siete minutos en el Maracaná frente a Bélgica. El segundo, el máximo goleador histórico de la selección (26 tantos), sigue siendo un revulsivo de última hora.

Kerzhakov podría haber entrado en el equipo en lugar de Alexander Kokorin, el atacante de 23 años, ídolo en el Dinamo de Moscú, que se ha convertido en la gran decepción rusa en el Mundial.

Africanos históricos

Argelia es un conjunto que llegó eufórico tras lograr hace unos días su primera victoria en un Mundial desde 1982. El 4-2 a Corea, además, le convirtió en la selección africana que más tantos ha marcado en un partido mundialista.

El equipo magrebí, que se mueve al ritmo del valencianista Sofiane Feighouli, ha mostrado al mundo a Islam Slimani, un atacante del Sporting de Lisboa, de 26 años, que tras ser suplente ante Bélgica revolucionó el juego de los "fenecos" en el segundo partido, en el que marcó un gol y dio dos asistencias.

Slimani, elegido el mejor jugador argelino de 2013, acumula ya 11 goles en 23 apariciones con su selección y comienza a ser objeto de deseo de numerosos clubes como el West Ham y el Stoke ingleses, el Trabzonspor turco o el Marsella francés.

(Con información de SIPSE.com)