ALMUDENA CALATRAVA

BUENOS AIRES.- El presidente argentino Alberto Fernández anunció el viernes la continuidad durante tres semanas de distintas restricciones por el rebrote del nuevo coronavirus, entre ellas la suspensión de las clases presenciales en Buenos Aires y sus alrededores, lo que de nuevo generó diferencias con el alcalde capitalino. 

Fernández dijo que las restricciones aplicadas hace dos semanas para contener el rebrote y que vencían el sábado "están mostrando buenos resultados" porque se contuvo el crecimiento exponencial de los casos, pero acotó que "la situación no se encuentra de ninguna manera resuelta".

Por ello, prolongará por decreto hasta el 21 de mayo las medidas tomadas con anterioridad y aplicará otras según cuatro tipos de zonas de riesgo sanitario en Argentina.

Las que regirán para todo el país serán la suspensión de los viajes grupales de estudio y los turísticos, las reuniones sociales de más de 10 personas y la asistencia al trabajo para personas de riesgo.

Para las zonas de "alarma epidemiológica" como Buenos Aires y las 40 localidades de sus alrededores, según el presidente, las clases seguirán siendo "exclusivamente a distancia", los comercios cerrarán sus puertas a las 19 horas (2200 GMT), mientras que los locales gastronómicos atenderán durante el día en espacios habilitados al aire libre y después de ese horario trabajarán bajo la modalidad de envíos a domicilio.

Seguirán cerrados los centros comerciales y suspendidas las actividades deportivas, recreativas, culturales y religiosas en lugares cerrados.

El anuncio se produjo en medio de la puja entre el gobierno nacional y el de la capital por las clases presenciales. El alcalde de Buenos Aires, el opositor Horacio Rodríguez Larreta, no acató el decreto presidencial dictado dos semanas atrás para suspenderlas en los tres niveles educativos amparándose en un fallo de un tribunal local y ha cuestionado la medida ante la Corte Suprema de Justicia, que aún no se ha pronunciado.

Fernández sostuvo que se trata de una medida necesaria al señalar que se prevé mayor tensión en las terapias intensivas y acotó que "en más de 20 provincias argentinas hay clases presenciales".

Posteriormente Rodríguez Larreta reafirmó su decisión de que "a la espera del fallo de la Corte Suprema", los escolares de los niveles de inicial y primaria podrán acudir a las escuelas. 

Sin embargo, acotó que los adolescentes de secundaria recibirán alternadamente clases presenciales y virtuales y los de la educación terciaria únicamente clases virtuales, lo que supuso un cambio de su postura inicial de mantener los centros abiertos en todos los niveles.

De esta forma, según afirmó, se "reducirá la movilidad en el transporte público" ya que los estudiantes de secundaria son los que más lo emplean.

El alcalde subrayó que en las escuelas -que en 2020 estuvieron mayoritariamente cerradas en todo el país a causa de la pandemia- el riesgo de contagio es bajo. Fernández, en cambio, sostiene que la circulación de las familias y los menores al trasladarse a los colegios incrementa los contagios.

Otras medidas restrictivas anunciadas por Rodríguez Larreta consistirán en el trabajo en forma remota por parte de profesionales de distintas actividades y la atención en los locales comerciales "de la puerta para afuera".

En tanto, el decreto presidencial también contemplará que en los lugares donde hay una alta proporción de infectados -aunque menor a la del área metropolitana de Buenos Aires- se suspendan las reuniones sociales en espacios públicos al aire libre de más de 10 personas, los casinos y las discotecas y que bares y restaurantes funcionen hasta las 23 horas. 

Para las zonas de mediano riesgo epidemiológico y sanitario, será facultad de los gobiernos locales adoptar medidas adicionales.

El mandatario anunció además que enviará un "proyecto de ley al Congreso para que en función de criterios científicos claros y precisos se faculte al presidente y a los gobernadores a tomar restricciones".

Después del anuncio presidencial, la estatal Aerolíneas Argentinas anunció que suspenderá todas sus operaciones a Punta Cana y Cancún entre el 16 de mayo y el 31 de agosto. Además, serán suspendidos los vuelos a Río de Janeiro y Santa Cruz de la Sierra durante mayo y junio.

La segunda ola de coronavirus en Argentina ha tensionado al máximo los hospitales públicos y privados en Buenos Aires y su cinturón urbano mientras el proceso de vacunación transcurre lentamente.

En la capital el 88,6% de las camas de terapia de los hospitales privados están ocupadas y el 77,6% lo están en nosocomios públicos.

En tanto la ocupación camas de terapia intensiva a nivel nacional es de alrededor de 68,4%.

Hasta el momento unas 7,8 millones de habitantes del país recibieron una dosis de la vacuna -sobre una población de unos 45 millones- y menos de un millón fueron vacunados con dos dosis.

Desde la llegada de la pandemia a Argentina en marzo de 2020 se han registrado cerca de 2,9 millones de infectados y más de 63.500 fallecidos.