'El Estado no es mío', dice Cristina Fernández

Miles de argentinos marcharon para conmemorar un mes de la muerte del fiscal Alberto Nisman, ocurrida en extrañas circunstancias.

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La muerte de Alberto Nisman desató una verdadera tormenta política para el gobierno de Cristina Fernández. En la imagen, la multitudinaria manifestación que se llevó a cabo este miércoles en Buenos Aires. (AP)
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Agencias
BUENOS AIRES, Argentina.- En respetuoso silencio, quebrado sólo por gritos de "justicia" y "Argentina", una enorme multitud marchó el miércoles bajo una lluvia torrencial en reclamo de respuestas sobre la misteriosa muerte del fiscal Alberto Nisman hace un mes y que ha provocado la crisis más grave al gobierno kirchnerista en más de una década en el poder.

Con banderas argentinas y carteles blancos con las leyendas "¡Justicia!" y "¡Verdad!" escritas en negro, los manifestantes recorrieron las diez cuadras desde el Congreso hacia la emblemática Plaza de Mayo, frente a la Casa Rosada, sede del ejecutivo.

"Homenaje al fiscal Nisman, marcha del silencio. 18", decía una pancarta negra con letras blancas que sostuvieron una decena de fiscales federales que convocaron a la movilización por su colega fallecido. Detrás de ellos, tratando de pasar desapercibidas entre la multitud, caminaron la ex esposa, las hijas y la madre del fiscal muerto.

A un mes de la muerte de Nisman, la justicia todavía no determinó si el fiscal fue asesinado, se suicidó o lo indujeron a suicidarse.

Horas antes, la presidenta Cristina Fernández convocó a que las elecciones generales de este año sirvan para seguir su proyecto político, en medio de la crisis que enfrenta por la muerte del fiscal que la acusó de pactar con Irán.

Nisman fue encontrado muerto en su departamento, de un disparo en la cabeza, el pasado 18 de enero, apenas cuatro días después de denunciar que Fernández había negociado la impunidad de los iraníes involucrados en el atentado.

Un grupo de fiscales impulsó la movilización de este miércoles, en la que participaron la oposición política y judicial, ciudadanos antikirchneristas y la familia de Nisman.

La presidenta, quien ya fue imputada por presunto encubrimiento al atentado a la AMIA, optó por no referirse a la “Marcha del silencio” ni a Nisman, pese a que la muerte del fiscal ha provocado la crisis política más grave de su gobierno.

La mejor herencia

En cambio, aprovechó la inauguración de una central nuclear para recordar que “el Estado no es mío, el Estado se queda” en cuanto ella deje la Presidencia, lo cual ocurrirá el 10 de diciembre próximo.

“En 2015 tenemos que garantizar que quien conduzca el Estado argentino tenga las mismas ideas sobre soberanía, ingreso popular, ciencia y tecnología y el trabajo de los argentinos, es la mejor herencia que podemos dejar”, afirmó.

También les pidió “a todos los argentinos, voten como voten”, que entiendan que “no estamos aislados, vivimos un mundo que está cruzado por profundos intereses geopolíticos y estratégicos. Es un mundo de intereses que quieren que unos estén subordinados y se meten con gobiernos como este que no quieren que les marquen la cancha”.

Maduro apoya

En tanto, el presidente venezolano Nicolás Maduro envió un mensaje de apoyo a su colega argentina Cristina Fernández, ante lo que calificó como un nuevo intento de desestabilización contra su gobierno, promovido por vía judicial.

En un mensaje a través de su cuenta en la red social Twitter, Maduro señaló que conversó por teléfono con la mandataria argentina, a quien expresó toda la solidaridad del pueblo venezolano.

“Anoche hablé con la presidenta Cristina Fernández para transmitirle toda la solidaridad de la Patria de Bolívar y Chávez”, escribió el jefe del Estado venezolano. “Fuerza Cristina”, concluyó Maduro.

(Con información de Notimex y The Associated Press)

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