Atacantes de Londres tenían 'cola'

Se informó que los hombres que degollaron a un soldado habían sido investigados por los servicios de seguridad.

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Un oficial de policía sostiene un ramo de flores cerca de la escena del ataque al soldado. (Agencias)
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Agencias
LONDRES, Inglaterra.- Dos hombres acusados de asesinar a un soldado británico fueron investigados en ocasiones anteriores por los servicios de seguridad, dijo el jueves un funcionario británico, y los investigadores registraron varios lugares para establecer si los dos sospechosos formaban parte de una conspiración más amplia para sembrar el terror en las calles de Londres.

Los dos detenidos, sospechosos de degollar al soldado franco de servicio en presencia de varios horrorizados transeúntes, se jactaron de su conducta y advirtieron que habría nuevas acciones de violencia, en las imágenes grabadas con los teléfonos móviles de varios testigos. Armados de cuchillos ensangrentados y un hacha de carnicero, aguardaron la llegada de la policía, que disparó a las piernas, según una transeúnte que intentó salvar al soldado degollado.

El primer ministro británico David Cameron prometió que Gran Bretaña no será amedrentada por la violencia integrista, además de rechazar "la venenosa oratoria del extremismo en el que se nutre esta violencia". En la capital apenas hubo síntomas de alarma, pese a haber sido blanco de sonados atentados terroristas durante su lucha con el Ejército Republicano Irlandés y más recientemente por ataques inspirados en la doctrina de Al Qaida.

Tras el asesinato, uno de los atacantes fue grabado en numerosos videos de aficionado formulando amenazas

"Es algo artero, horroroso y demoledor. Pero no parece haber tenido grandes consecuencias", comentó Christian White, de 43 años, en la estación ferroviaria de King's Cross, cercana a la estación del tren subterráneo atacada con una carga explosiva en julio del 2005. "Los londinenses están acostumbrados a vivir en la ciudad donde la vida es complicada".

Pese a ello, las medidas de seguridad fueron aumentadas en los cuarteles e instalaciones de la capital con guardias armados de refuerzo en muchos casos. El ataque del miércoles tuvo lugar cerca del acuartelamiento de artillería de Woolwich, en el sur de Londres.

No se dio información fidedigna sobre las heridas de ambos sospechosos. La policía no dio detalles de sus lesiones o su estado.

Empero, confirmó que la víctima era un soldado británico en servicio activo. Sus familiares pidieron que no se difundiera su identidad.

Tras el asesinato, uno de los atacantes fue grabado en numerosos videos de aficionado formulando amenazas, explicando los motivos de su homicidio y profiriendo consignas políticas mientras gesticulaba con las manos ensangrentadas y esgrimía un hacha de carnicero.

"Juramos por Alá todopoderoso que nunca cesaremos de combatirles", declaró el hombre, quejándose de la presencia de la tropa británica en teatros de operaciones contra los musulmanes. "Debemos combatirles como nos combaten a nosotros".

La cámara mostró el cadáver tendido en mitad de la calle. Este video, con su contenido de amenazas y vitriólica retórica, podría ser la imagen última del homicidio.

Un funcionario del gobierno británico dijo que ambos sospechosos fueron objeto de investigaciones de los servicios de seguridad por sus posibles lazos con el terrorismo.

El funcionario, que habló a condición del anonimato por no estar autorizado a informar de la investigación, dijo que no podía aportar más detalles porque los sospechosos seguramente serán juzgados. El servicio británico de seguridad interna, el MI5, puede realizar vigilancias encubiertas, escuchas telefónicas e intervención de las comunicaciones.

La policía del condado de Lincolnshire, en el este de Inglaterra, dijo que fue registrada una vivienda en relación con el ataque de Woolwich. Según la fuerza pública fue obtenida una orden judicial de allanamiento pero se negó a facilitar más detalles. Además, la policía selló la zona del ataque a fin de facilitar la búsqueda y obtención de pruebas.

El incidente ocurrió el miércoles por la tarde tras recibir la policía el aviso de un ataque a pocas cuadras de los Cuarteles de la Real Artillería en Woolwich.

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