Toronto, camino a ser paraíso de la marihuana
En Canadá la ley permite la venta de yerba solo para uso médico y con receta; el primer ministro Justin Trudeau prometió legalizar el consumo.
Isabel Inclán/Notimex
TORONTO, Canadá.- Con anuncios de neón, atractivas fachadas, banderas canadienses que llevan hojas de mariguana en lugar de maple y vitrinas con pipas de vidrio, operan en Toronto cientos de tiendas que venden marihuana (mariguana), hachís y otras hierbas estimulantes.
En Canadá la ley permite la venta de marihuana solo para uso médico y con receta. Sin embargo, tras la entrada del nuevo gobierno liberal, el primer ministro Justin Trudeau prometió legalizar el consumo de esta hierba.
Trudeau ha declarado que quiere “legalizar, regular y restringir” el consumo de marihuana, con el argumento de que la venta ilegal de esta droga hace que esté en manos de los consumidores y el negocio de grandes proporciones esté al margen de la ley de impuestos.
En febrero pasado, el Tribunal Federal de Canadá determinó que no es ilegal que una persona que está bajo tratamiento medicinal a base de esta hierba la cultive personalmente.
Ahora es común, sobre todo en este verano, ver a grupos de personas consumiendo marihuana en los parques y afuera de barrios populares.
El pasado 20 de abril, el gobierno canadiense informó que será en la primavera de 2017 cuando presente su propuesta de ley en torno a la legalización y regulación del consumo de marihuana.
Este anuncio y la posición del actual gobierno al respecto, desencadenó la apertura de cientos de tiendas que venden marihuana. Su precio oscila entre los nueve y los 15 dólares canadienses por gramo. Aunque algunas tiendas la venden hasta por seis dólares canadienses (unos 87 pesos mexicanos).
Junto a tiendas de dulces, ropa y comida, en las transitadas calles de Toronto, aparecieron estas “tiendas de regalos” con imágenes de la planta de mariguana, con fotografías del sugestivo humo alucinante.
A pesar de que, según la ley actual, solo se debe vender con receta médica, estos llamados “dispensarios” llegan a venderla sin receta o algunos ofrecen “ayudar” al consumidor a conseguir la receta.
Otros vendedores de esta hierba recomiendan consultar el sitio Dr.Cannabis-consult.com el cual ofrece “conectar a los pacientes con fuentes legales para obtener marihuana para uso médico. Lo hacemos confortable, rápido y fácil para todos”, aseveran.
La aparición de decenas de estas tiendas obligó a la policía a realizar en mayo pasado redadas en una docena de dispensarios donde incautó kilos de marihuana.
No obstante, esta droga se sigue vendiendo dentro de un dudoso esquema de recetas médicas.
En una reciente investigación del diario The Globe and Mail, uno de sus periodistas pudo comprar cientos de gramos de cannabis en nueve dispensarios de esta ciudad en un mismo día.
El problema es que estas muestras se llevaron a un laboratorio certificado para su análisis y se encontró que una tercera parte de esta marihuana contenía químicos, moho y bacterias dañinas para la salud.
“Una tercera parte de este producto no pasó los estándares de salubridad estipulados por Salud Canadá para la industria regulada para la reproducción y venta de marihuana para tratamiento médico”, escribió el periodista Grant Robertson.
La conclusión de este reporte es que no hay control sanitario de la mariguana que se está vendiendo en esos dispensarios públicos, que se han convertido, de facto, en “expendedores de drogas”, que han pasado del “mercado negro al gris”.
En un reciente foro de Naciones Unidas, el gobierno canadiense estableció que regular el consumo de mariguana “es un reto al status quo en muchos países”, pero insistió en que es la mejor forma para proteger a los jóvenes, mientras se protege la salud pública.
Canadá debe hacer algo mejor en política de drogas, afirmó en el foro la ministra de Salud, Jane Philpott.
Agregó que la aproximación del gobierno federal será basada en la ciencia y abordará las consecuencias devastadoras de las drogas y de los crímenes relacionados con los estupefacientes.
Del opio y la morfina
El Gobierno de Ontario, la provincia más poblada del país, anunció que ya no pagará por altas dosis de opio para calmar el dolor, a fin de frenar el abuso de este consumo que ha causado varias muertes por sobredosis.
A partir de enero próximo, Ontario dejará de abastecer prescripciones médicas que impliquen más de 200 miligramos de morfina al día, a fin de disminuir la adicción y las muertes por su uso, por ejemplo de Fentanyl.