El presidente sirio Bashar Al-Assad y su familia han recibido asilo en Rusia tras su derrocamiento, según información agencias de noticias rusas este domingo, 8 de diciembre de 2024. La decisión fue tomada "por razones humanitarias", de acuerdo con una fuente anónima del Kremlin citada por Interfax, TASS y Ria Novosti.

El derrocamiento de Al-Assad fue resultado de un relámpago ofensivo liderado por el grupo islamista radical Hayat Tahrir al Sham (HTS), que logró controlar Damasco tras una rápida movilización desde la provincia de Idlib, iniciada el 27 de noviembre. Abu Mohamed al Golani, líder del HTS, celebró la victoria como un "triunfo histórico" en un discurso desde la emblemática mezquita de los Omeyas, donde fue recibido por multitudes que gritaban "Allah Akbar".

Rusia se posiciona tras los hechos

El Kremlin ha comenzado conversaciones con los nuevos líderes rebeldes en Siria. Según la fuente citada por los medios rusos, se garantizó la seguridad de las bases militares y las instituciones diplomáticas rusas en el territorio sirio. Además, Rusia expresó su interés en continuar el diálogo político y las negociaciones bajo los auspicios de la ONU para buscar una solución política a la crisis siria.

"Rusia siempre ha estado a favor de una solución política", afirmó la fuente, quien enfatizó la importancia de trabajar por el bienestar del pueblo sirio y fortalecer las relaciones bilaterales.

El derrocamiento de Al-Assad marca el fin de su mandato iniciado en el año 2000. El conflicto en Siria comenzó en 2011 tras la violenta represión de manifestaciones prodemocráticas, desatando una guerra civil que dejó más de medio millón de muertos y millones de desplazados.

La caída de Al-Assad representa un cambio significativo en el panorama político de Oriente Medio y abre nuevos desafíos para el futuro de Siria en manos de los rebeldes.