Agencias
TEHERAN, Irán.- "Hugo Chávez fue asesinado por Estados Unidos, pero volverá a la tierra para traer la justicia en las filas del Mahdi, al lado de Jesucristo". Con estas palabras, el presidente iraní Mahmoud Ahmadinejad honró al fallecido presidente de Venezuela antes de asistir a los funerales del líder bolivariano.

"No tengo ninguna duda de que va a estar de vuelta, junto al virtuoso Jesucristo y el hombre perfecto", dijo ayer Ahmadinejad en una carta de condolencia en el sitio web de la presidencia. La referencia fue a la fe de los chiítas en el retorno a la tierra de su duodécimo imán, el Mahdi, desaparecido al entrar en el gran ocultamiento en el Séptimo siglo después de Cristo y esperó para salvar apocalípticamente el mundo y llevar la paz sobre el planeta junto a una formación de 300 Justos, entre los que Ahmadinejah ve ahora a Chávez.

También hoy, el presidente iraní ha retomado las sospechas sobre la muerte de Chávez causada por un llamado "cáncer inoculado", hipótesis acreditada oficialmente por Caracas señalando con el dedo a los Estados Unidos: inmediatamente después de aterrizar en Caracas, Ahmadinejad lamentó la ausencia de "un buen hermano de América Latina que se sacrificó a sí mismo por el bienestar de su pueblo".

El presidente iraní también llamó a un día nacional de duelo el miércoles pasado atrayendo las enésimas críticas (en sustancia: honores similares se reservan sólo a los ayatolá) por parte de religiosos conservadores cercanos a la guía suprema Ali Jamenei, según publicó la agencia Ansa Latina.

Tal conducta de mitificación y honra de la figura de Chávez no es obviamente un capricho retórico sino la expresión de una estrategia geopolítica específica. "Irán y Venezuela han forjado fuertes relaciones económicas y políticas en los últimos años", recuerda hoy la agencia oficial iraní de IRNA.

Un analista citado recientemente por el servicio público de Press TV dijo que Estados Unidos se vio obligado a reaccionar, incluso con una ley específica, al "contrapeso político" representado por Irán en América Latina, donde Teherán llevó de cinco a once las embajadas y abrió 17 centros culturales.