Colombia realiza 'decomiso' de una finca de Pablo Escobar

Después de casi 20 años las autoridades ocuparon con fines de extinción de dominio una propiedad del capo colombiano.

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El temido Escobar fue muerto por la fuerza pública en Medellín en diciembre de 1993. (Archivo/AP)
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Agencias
BOGOTÁ, Colombia.- La Fiscalía General de la Nación informó el sábado que ocupó con fines de extinción de dominio una finca del extinto capo del narcotráfico Pablo Escobar Gaviria valuada en más de cuatro millones de dólares.

Según el ente investigador, la intervenida hacienda Calandaima está ubicada en las afueras de la ciudad de Medellín, capital del departamento de Antioquia y a unos 250 kilómetros al noroeste de Bogotá.

De acuerdo con The Associated Press, el jefe de la Unidad de Lavado de Activos, Julián Quintana, explicó en rueda de prensa que el predio Calandaima, que está dividido en dos haciendas, tiene un costo aproximado a los 8,000 millones de pesos (unos 4.1 millones de dólares).

El temido Escobar, fundador del llamado cartel de las drogas de Medellín, fue muerto por la fuerza pública en Medellín en diciembre de 1993. Era considerado uno de los hombres más ricos del mundo gracias a las utilidades derivadas de sus actividades en el narcotráfico.

La historia judicial de la finca Calandaima, según Quintana, se remonta a 1994 dentro de una investigación que se inició contra el cartel de Medellín por el supuesto secuestro de un hombre llamado Jorge Enrique Casteblanco Fonseca.

"La investigación en Medellín permitió descubrir que miembros del cartel de Medellín pretendían quedarse con la finca bajo falsas argumentaciones jurídicas, puesto que Casteblanco denunció como uno de sus secuestradores a un socio de Pablo Escobar llamado José Fernando Posada Fierro", explicó el funcionario.

Pero, advirtió el fiscal Quintana, tras ser capturado Posada Fierro pudo demostrar que nunca secuestró a Casteblanco y que, por el contrario, Casteblanco formaba parte del cartel de Medellín, "que era socio de Escobar y que entre los tres habían secuestrado a una tripulación de un barco que había perdido un cargamento" de droga.

Respecto de finca Calandaima, Posada relató que ese predio se lo había entregado a Escobar uno de sus socios dentro de una transacción comercial y que desde 1992 figuraba a nombre de una persona que limpiaba carros a la que le pagaron 100 mil pesos (unos 52 dólares) por prestar su firma en una notaría.

La hacienda Calandaima, indicó Quintana, durante mucho tiempo fue utilizada por el cartel de Medellín como una sede de torturas y secuestro y, paradójicamente, en la actualidad es un centro de rehabilitación para niños de víctimas de la violencia en Colombia.

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