La ONU acusó al gobierno de Nicolás Maduro de mantener a Venezuela en un ‘clima de temor’, donde cualquier ciudadano puede convertirse en víctima del aparato represivo del Estado. 

Las investigaciones presentadas indican que la persecución ha alcanzado niveles comparables a crímenes contra la humanidad.

El informe de la Misión Internacional Independiente de Determinación de los Hechos, detalla cómo Maduro intensificó ‘dramáticamente’ la represión, con el objetivo de sofocar cualquier signo de disidencia. 

(Foto: AP)

Esta escalada represiva tomó un nuevo impulso tras las elecciones presidenciales del 28 de julio, que culminaron con el exilio del principal candidato opositor, Edmundo González Urrutia.

En el periodo previo a esas elecciones, entre diciembre de 2023 y marzo de 2024, al menos 48 personas fueron detenidas por supuestos complots contra el gobierno y sólo en julio de este año más de 120 personas quedaron bajo custodia en el contexto de la campaña electoral de la oposición.

Tras los comicios, las autoridades efectuaron más de 2 mil detenciones en pocas semanas, lo que derivó a su vez en violaciones del debido proceso y en la confirmación de que todo el sistema judicial, con el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) a la cabeza, ‘está claramente subordinado a los intereses del poder ejecutivo y sirve como un instrumento clave en su plan para reprimir todas las formas de oposición política y social’, según el informe.

🇻🇪 | ÚLTIMA HORA: Dictadura de Nicolás Maduro militariza parte de Petare para intimidar, meter psicoterror y evitar que la gente baje a protestar contra el fraude. pic.twitter.com/VfxUVdOrOX

— Alerta Mundial (@AlertaMundoNews) August 17, 2024

Venezuela está inmersa ‘en una de las crisis de Derechos Humanos más graves de la historia reciente’, en la medida en que los abusos que están ya documentados, incluidos casos persecución con motivaciones políticas -un tipo de crimen contra la humanidad-, ‘no son actos aislados o aleatorios’ sino que forman parte de ‘un plan continuo y coordinado para silenciar, desanimar y reprimir’ a la oposición.

La presidenta de la Misión de Determinación de los Hechos, Marta Baliñas, denunció ‘una intensificación del aparato represivo’, pese a los ‘múltiples’ llamamientos lanzados desde dentro de Venezuela y también por parte de la comunidad internacional.

Ya antes de las elecciones, Maduro y otros altos cargos chavistas advirtieron de un posible baño de sangre si no lograban la victoria. 

Otro de los expertos del grupo, Francisco Cox, recordó que la propia misión ya temía que el gobierno pudiese ‘activar su aparato represivo’ en el contexto electoral. 

"Eso es precisamente lo que estamos observando ahora", expresó.

Con información de Reforma