¿Cuál es la nueva costumbre del Papa?

La nueva costumbre del Pontífice es la realización de bautismos íntimos en la capilla de su residencia, la Casa Santa Marta.

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Imagen de la ceremonia donde el Papa Francisco bautizó a dos niñas argentinas. (twitter/@mercedesninci1)
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Agencias
CIUDAD DEL VATICANO.- El Papa Francisco, tan afecto a romper el protocolo, ha puesto en práctica una nueva costumbre: como un sencillo sacerdote celebra bautismos íntimos en la capilla de su residencia, la Casa Santa Marta.

La más reciente de estas ceremonias tuvo lugar la tarde del sábado 8 de agosto en la capilla de su casa, donde confirió el primer sacramento a dos pequeñas argentinas, una de ellas la hija recién nacida de un viejo amigo.

Hasta allí llegaron Lucas Schaerer y Ana Laura De Abreu a presentar a Simona Libertad, de poco más de dos meses de vida. Y a su hermana Charo, de nueve años, que también fue bautizada, según publica Notimex.

Schaerer integra La Alameda, esa organización argentina que lucha contra la trata de personas y la esclavitud laboral. Su líder y ahora parlamentario, Gustavo Vera, le presentó a Bergoglio algunos años atrás, cuando todavía era arzobispo de Buenos Aires.

Cada vez que se veían los tres siempre aparecía el comentario, medio en broma, medio en serio: “Lucas va a ser cura”, le insistían. Él sólo reía. Pero sus caminos fueron distintos y hoy es padre, jefe de familia.

Cuando Francisco recibió una carta junto con una imagen de la ecografía de Simona, no dudó y le dijo a Vera que quería bautizar a la pequeña. Así lo hizo el sábado, a las 17:00 horas, en una liturgia breve, pero significativa.

El bautizo de Simona se realizó el pasado 8 de agosto a las 17: 00 horas en la capilla de la casa del Papa

“Fue un momento muy emotivo, él preparó todo para el bautismo como un simple sacerdote. También se hizo el certificado oficial y lo firmamos. Nos explicó a todos los pasos que iba dando en el bautismo y a veces jugaba un poco con el humor”, contó a Notimex Schaerer.

“Fue muy alegre, después pasamos a un salón contiguo en Santa Marta y ahí mantuvo un diálogo con todos. Se nota que a él le gusta bautizar, evangelizar, seguir bautizando, explicar el sacramento, hablar del compromiso que asumimos los padres y los padrinos”, agregó.

Los padrinos de Simona fueron Mercedes Ninci, periodista, y Fernando Kunkel, amigo de la infancia del padre de la pequeña. También recibió el primer sacramento Charo, de nueve años, que no estaba bautizada.

Sus padrinos fueron María Paola Tallini y el propio Gustavo Vera, que viajó a Italia invitado por la organización antimafia Libera para dar una conferencia en un viñedo incautado y recuperado, en las cercanías de Nápoles.

“Vos sos mucho más consciente que tu hermana”, le dijo Bergoglio a la pequeña Charo, cuando le explicó la importancia del sacramento que estaba por recibir. Ella y su familia pudieron viajar a Roma gracias a un esfuerzo económico y una colecta entre parientes y amigos.

Para Schaerer, el bautismo no sólo fue un detalle de amistad, también significó una “bendición” al trabajo de los activistas de La Alameda, quienes lo acompañaron cuando –siendo cardenal- realizó misas contra la trata de personas en la Plaza Constitución de Buenos Aires en las cuales apenas participaban 150 personas.

Eran otros tiempos y Bergoglio no era popular. Pese a las dificultades, él se mantuvo cercano a los cartoneros y a los costureros que salían de los talleres clandestinos donde se confeccionaba ropa “de marca” que se vendía en costosos negocios de la capital.

“No todos ellos pueden venir pero con este detalle el Papa nos dice que estamos en el camino justo, el camino de luchar por la verdad y la justicia, de fraternizar”, insistió Lucas.

Nada raro

Aunque desconocidas, liturgias privadas como esta no son raras para el Papa. Con cierta periodicidad las celebra en Santa Marta. Como cuando bautizó a los hijos de Lucrecia Cardoso, titular del Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales de Argentina, el sábado 21 de febrero pasado.

Lo hizo a petición directa de la hija de una de sus amigas entrañables, la ya fallecida Alicia Oliveira. En octubre del 2014 hizo lo propio con la segunda hija de Alejandro Marmo, artista argentino y también amigo suyo de vieja data.

“Para nosotros es una gran alegría y expresa eso que hizo en La Alameda de bautizar a los hijos de los costureros, esa coherencia que él mantiene a lo largo de sus 78 años de vida demuestra que sigue siendo el Jorge Mario Bergoglio que nosotros conocimos. Hoy no se la cree, no por ser Papa se olvidó de los amigos con los cuales luchó espalda por espalda, sino que los mantiene”, apuntó Schaerer.

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