Cuestiona el Papa formación religiosa con 'ácido en el corazón'

Francisco señala que las congregaciones deben 'formar el corazón' y arremetió contra 'la hipocresía, fruto del clericalismo".

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Las declaraciones realizadas por el Pontífice fueron divulgadas por la revista jesuita La Civiltá Cattolica. (Agencias)
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Agencias
CIUDAD DEL VATICANO.- El Papa Francisco advirtió contra la formación de los religiosos en las congregaciones católicas como "pequeños monstruos", que terminan con el "corazón ácido como el vinagre", porque no fueron hechos para estar con el pueblo.

Esa y otras reflexiones inéditas del Pontífice fueron divulgadas este viernes por la revista jesuita La Civiltá Cattolica, que publicó un largo artículo sobre el encuentro del Papa con 120 superiores de institutor religioso, el pasado 29 de noviembre en El Vaticano.

"La formación es una obra artesanal, no policíaca. Tenemos que formar el corazón. De otro modo formamos pequeños monstruos. Y después, esos pequeños monstruos forman al pueblo de Dios. Eso realmente me pone la piel de gallina", señaló Jorge Mario Bergoglio.

"Pensemos en aquellos religiosos que tienen el corazón ácido como el vinagre: no fueron hechos para el pueblo. En fin: no tenemos que formar administradores, sino padres, hermanos, compañeros de camino", añadió.

De acuerdo con la agencia Notimex, en esa entrevista Francisco precisó que se debe combatir el "fantasma" que muestra a la vida religiosa como un refugio y un consuelo ante un mundo "externo" difícil y complejo.

Instó a adoptar un nuevo lenguaje con los jóvenes, porque la cultura actual es mucho más rica y conflictiva que la vivida años atrás.

Para el Sumo Pontífice, es preferible que en los seminarios se acepte a los pecadores, pero no a los corruptos

El Pontífice insistió que no se resuelven los problemas sólo prohibiendo hacer esto o aquello, por eso es necesario mucho diálogo, mucha confrontación.

"Para evitar los problemas, en algunas casas de formación, los jóvenes aprietan los dientes, tratando de no cometer errores evidentes, de estar sujetos a las reglas muy sonrientes, en espera de que un día se les diga: 'Bien, terminaste la formación'", señaló.

"Eso es hipocresía, fruto del clericalismo, que es uno de los males más terribles", apuntó.

"Es necesario vencer esta tendencia al clericalismo, también en las casas de formación y en los seminarios", indicó.

"Yo lo resumo en un consejo que una vez recibí de un joven: 'si quieres ir adelante, piensa claramente y habla oscuramente'. Era una clara invitación a la hipocresía. Es necesario evitarla a toda costa", añadió.

El tema de la formación fue uno de varios retomados en el artículo, de 15 páginas, que logró capturar el mensaje central de un diálogo que duró tres horas y tuvo lugar en el Aula Nueva del Sínodo.

Lo que se había planteado simplemente como un encuentro de saludo, terminó siendo una conversación intensa. El Papa decidió no pronunciar ningún discurso y, a su vez, no escuchar discursos preparados: prefirió el formato de las preguntas y respuestas.

El ejemplo de Benedicto XVI

El líder católico elogió la decisión de su predecesor, Benedicto XVI, de afrontar la crisis de abusos sexuales contra menores por parte de clérigos, la citó como ejemplo de tener el coraje de asumir la formación personal como un serio desafío.

Aseguró que es un grave problema cuando un joven deja una congregación religiosa por motivos serios y después es aceptado en un seminario.

"No estoy hablando de personas que se reconocen pecadores: todos somos pecadores, pero no todos somos corruptos. Que se acepten a los pecadores, pero no a los corruptos", estableció.

El Papa reconoció que en toda comunidad religiosa existen conflictos, como en las familias y los grupos humanos.

Sostuvo que el conflicto debe ser asumido y nunca ignorado, porque si se tapa eso crea una presión y después explota, "una vida sin conflictos no es vida", dijo.

Aceptó que los religiosos pueden llegar a ser muy crueles, viven la tentación común de criticar por satisfacción personal o para alcanzar un beneficio personal. Por eso recomendó que, de ser necesario, se acuda a un psicólogo, pero sin caer en el "psicologismo".

También puso en guardia contra la "trata de novicia" cometida por las congregaciones europeas que van a buscar vocaciones a países como Filipinas para llevarlas después al viejo continente, o contra el "jugar a ser profetas", sin serlo realmente.

Sostuvo que la vida es compleja y si las personas no pecan, no serían seres humanos, por ello todos se equivocan y deben reconocer su debilidad.

El Papa Francisco explicó que si un religioso se reconoce débil y pecador, no contradice su vocación sino que la refuerza, y eso hace bien a todos.

"La Iglesia debe ser atractiva. ¡Despertar al mundo! ¡Sean testimonio de un modo distinto de hacer, de actuar, de vivir! Es posible vivir de un modo distinto en este mundo", subrayó.

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