Trump tiene un pie en la Casa Blanca

El republicano ganó inesperadamente estados de vital importancia para las elecciones; Hillary Clinton agradeció a sus seguidores.

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Tras una campaña llena de polémicas e insultos racistas y misóginos, Donald Trump estaría a punto de lograr lo que muchos temen: convertirse en el presidente de la nación más poderosa del planeta. (Foto: AP)
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Agencias
WASHINGTON, D.C.- Donald Trump se apuntó el martes cruciales victorias sobre Hillary Clinton en Florida, Ohio y North Carolina, con lo que mostró una notable fortaleza en tres de los estados más disputados del país en una contienda presidencial sorpresivamente reñida.

Actualización: Donald Trump gana la Presidencia de los Estados Unidos.

Clinton se quedó con Nevada, Virginia, Colorado y California. Con un puñado de estados competidos aún por definirse, ninguno de los candidatos tiene un panorama claro hacia los 270 votos del Colegio Electoral necesarios para llegar a la Casa Blanca.

Michigan y Wisconsin, dos potencias de la región del centro-norte del país que no han votado por un candidato presidencial republicano desde la década de 1980, toman una inesperada importancia. El equipo de Clinton da los dos por ganados, pero en los últimos días de la campaña, la demócrata realizó un último esfuerzo para convencer a los votantes de Michigan, de acuerdo con The Associated Press.

La incertidumbre ya provocó desplomes en el Dow Jones y los mercados asiáticos, lo que refleja las preocupaciones de los inversionistas de lo que podría significar la presidencia de Trump para la economía y el comercio.

Mientras el equipo de Clinton aguardaba ansiosamente a que llegaran los resultados, la candidata tuiteó a sus seguidores: "Pase lo que pase esta noche, gracias por todo".

País dividido

Clinton, una personalidad de la política estadounidense desde hace décadas, esperaba convertirse en la primera mujer presidente. Enfrentó una dura competencia en Trump, el multimillonario empresario sin experiencia en Washington que expuso y ahondó las divisiones raciales y económicas del país.

Las encuestas de salida subrayaron las profundas divisiones que han definido la campaña de 2016. Las mujeres de todo el país se expresaron en favor de Clinton por un margen en doble dígito, mientras que los hombres estuvieron mucho más a favor de Clinton. Más de la mitad de los votantes blancos respaldaron al republicano, mientras que nueve de cada 10 negros y dos tercios de los hispanos votaron por la demócrata.

Las opciones de los demócratas para recuperar la mayoría en el Senado se estrecharon mientras los republicanos mantenían escaños clave en North Carolina, Indiana y Florida. El Partido Republicano iba camino de asegurarse dos años más de control en la cámara.

Los demócratas, al igual que algunos republicanos, esperaban que la poco convencional candidatura de Trump dañase las carreras por cargos inferiores e incluso beneficiase a los demócratas en estados tradicionalmente republicanos en la lucha por la presidencia. Pero Trump mantuvo los territorios republicanos, incluyendo Georgia y Utah, donde la campaña de Clinton había invertido recursos confiados en obtener un buen resultado.

País temeroso

El 45to presidente de Estados Unidos heredará una nación temerosa, furiosa y recelosa de los líderes en Washington. Ejercerá la presidencia con una economía que mejora pero que sigue dejando a muchos atrás y con unas fuerzas armadas con menor presencia internacional que hace ocho años, pero que enfrenta nuevas amenazas terroristas.

Clinton pidió a los votantes que mantuviesen la Casa Blanca en manos de su partido por tercer mandato consecutivo. Se presenta a sí misma como heredera del legado del presidente Barack Obama y prometió completar su agenda, incluyendo la aprobación de legislación sobre migración, endurecer las restricciones sobre armas y modificar su emblemática ley de atención sanitaria.

Trump, empresario de bienes raíces de Nueva York que vive en un lujoso ático en Manhattan, forjó una sorprendente conexión con estadounidenses blancos de clase obrera que sienten haberse quedado atrás en un país con una economía cambiante y cada vez más diversificado. Presentó la migración, tanto la procedente de Latinoamérica como de Oriente Medio, como la raíz de muchos de los problemas que afectan al país y prometió la construcción de un muro en la frontera entre Estados Unidos y México.

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