El Papa nombra a nuevo obispo de Venezuela

El sacerdote Raúl Biord Castillo, quien se encargará de regir en La Guaira, era vicario provincial de la Sociedad Salesiana de San Giovanni Bosco.

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El Papa, quien aparece durante una ceremonia en la Basílica de San Pedro, nombró a Raúl Biord Castillo para ser obispo de La Guaira en Venezuela. (Agencias)
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Agencias
EL VATICANO.- El Papa Francisco nombró como obispo de La Guaira, Venezuela, al sacerdote Raúl Biord Castillo, quien era vicario provincial de la Sociedad Salesiana de San Giovanni Bosco en ese país, informó este sábado El Vaticano.

Biord Castillo nació en Caracas el 23 de octubre de 1962. Obtuvo el título en Teología en la Pontificia Universidad Salesiana de Roma y el doctorado en Teología en la Pontificia Universidad Gregoriana de Roma, informa The Associated Press.

Fue ordenado sacerdote el 15 de julio de 1989 y ha sido vicario parroquial en la parroquia de "San Juan Bosco" de Caracas y capellán de religiosas en Los Teques.

Asimismo fue profesor del Instituto di Teología para los religiosos (ITER) de Caracas, profesor y rector del Instituto Universitario Salesiano "Padre Ojeda" (IUSPO) de Los Teques.

Desde 2004 era vicario provincial de la Sociedad Salesiana de San Giovanni Bosco en Venezuela.

Nuevo director bancario

El atribulado Banco del Vaticano anunció también este sábado a su nuevo director, un asesor externo que intervino cuando renunciaron los dos principales administradores el año pasado en medio de un escándalo.

Rolando Marranci había trabajado para el Grupo Financiero Promontorio asesorando al Instituto para las Obras Religiosas a fin de sanear sus cuentas cuando fue nombrado subdirector interino el 1 de julio. Los altos ejecutivos del banco, Paolo Ciprianni y Massimo Tulli, fueron obligados a renunciar después que un contador del Vaticano estrechamente vinculado al banco fue arrestado por tratar de ingresar 20 millones de euros (26 millones de dólares) a Italia desde Suiza sin declararlo en aduanas.

En ese entonces el presidente del banco, Ernst von Freyberg, fue nombrado director interino mientras seguía como presidente y miembro de la junta, en un aparente conflicto de intereses que parece resolverse ahora que Marranci se encarga de las operaciones cotidianas del instituto.

Von Freyberg aún es presidente

La designación de Marranci fue anunciada este sábado, días antes de la fecha en que el Vaticano será evaluado por la comisión Moneyval del Consejo de Europa acerca de sus progresos para cumplir con las normas internacionales contra el lavado de dinero y financiamiento del terrorismo.

El Vaticano aprobó el primer examen de Moneyval a mediados del 2012 pero su agencia de supervisión financiera y el Instituto de Obras Religiosas recibieron bajas calificaciones, especialmente por la capacidad del banco para garantizar la limpieza de sus clientes y sus transacciones.

Promontorio ha revisado las cuentas del Instituto para verificar que cumplen con las normas internacionales. La tarea debió haberse completado para fines del 2012 pero se ha atrasado. La Santa Sede también aprobó una serie de leyes nuevas en respuesta a las recomendaciones de Moneyval, antes de la nueva serie de evaluaciones.

A la vez, el Papa Francisco designó una comisión de investigación para examinar la estructura legal y actividades del banco como parte de su reforma general de las finanzas de la Santa Sede.

Marranci, de 60 años, se retiró en 2011 de la institución crediticia italiana Banca Nazionale del Lavoro, donde tuvo varios puestos como contador y fue director financiero de la sucursal en Londres.

Nueva política de caridad

Reunido en un rincón de El Vaticano, un equipo de sacerdotes, dirigido por el polaco Konrad Krajewski, El Limosnero del Papa, puso en marcha la nueva política de caridad, publica Milenio.

El responsable del ceremonial durante el papado de Juan Pablo II y Benedicto XVI, designado como El Limosnero pontificio el 3 de agosto por el argentino Francisco, fue autorizado a improvisar soluciones rápidas y concretas para ayudar a gente que pasa dificultades, contó en un encuentro con la prensa.

El religioso polaco, de 50 años, reactiva un servicio que siempre ha existido, pero que ahora con el pontífice latinoamericano funciona a pleno ritmo, por lo que pasa de la isla de Lampedusa para ayudar a los inmigrantes refugiados africanos a la estación central de trenes de Roma para acompañar a ebrios a su casa.

El Limosnero pontificio envía pergaminos con el sello papal para matrimonios, bautizos, y aniversarios, por un costo de cerca 25 euros.

Con ese fondo puso en marcha un sistema de “primeros auxilios” del Papa, que trabaja ahora al ritmo de unos 100 casos por semana.

El año pasado, gracias a 250 mil pergaminos, pudo ayudar a resolver 6 mil 500 casos.

Para ello cuenta con 11 empleados que trabajan desde una oficina dentro del Vaticano, que depende directamente del pontífice y no tiene relación con otras entidades de asistencia de la sede papal como Caritas y Cor Unum.

Unas 16 personas son calígrafos que escriben a mano con letra excelente los pergaminos.

Pobres son prioritarios

Respetando el deseo del Papa de dar prioridad a los pobres, el clima en esa pequeña oficina ha cambiado, exigiendo eficacia, resultados y pragmatismo.

Los guardias suizos, el otrora ejército del pontífice, formado por aproximadamente 120 jóvenes, “siempre están disponibles” y se ofrecen como voluntarios para salir por la noche a ayudar mendigos, gente sin techo, visitar centros de asistencia a los pobres.

“Recibimos todas las mañanas un enorme paquete con muchas cartas. Lo envía directamente el Papa, y en ellas me escribe ‘este caso lo puedes resolver’, ‘tu sabrás como ayudar’. No hay criterios específicos, según la circunstancia se decide qué hacer”, dijo Krajewski.

Cuando quiere hablar con Francisco va a la casa Santa Marta, la residencia para religiosos dentro del Vaticano donde el pontífice se aloja desde que fue elegido en marzo, y conversa con él rápidamente entre un asunto y otro.

Krajewski se encarga de resolver los casos más urgentes, como por ejemplo pagar un arriendo atrasado de una persona.

Para evitar abusos y mentiras, “pedimos la ayuda de un cura o que añada la carta de un religioso con sello y todo”, confesó.

“El otro día el Papa me envió 200 euros para enviarlos a una anciana de Venecia a la que le robaron la billetera mientras iba a comprar medicinas”, aseguró Don Corrado, como lo llaman en el Vaticano debido a que tiene un nombre difícil de pronunciar.

Enviado por el pontífice a la isla siciliana de Lampedusa, Krajewski distribuyó mil 700 tarjetas telefónicas a los eritreos y somalíes que se salvaron del naufragio para que pudieran comunicarse con sus parientes.

Ayuda material o espiritual

Por lo regular la ayuda que ofrece es de carácter espiritual. Así que además de enviar cartas y llamar por teléfono, sale con su pequeña Fiat blanco a visitar necesitados o personas que sufren.

A inicios de noviembre, el Papa recibió una conmovedora carta de una familia italiana que describía los sufrimientos de la pequeña hija, Noemi, con una grave enfermedad en la médula espinal.

Don Corrado se desplazó hasta la ciudad donde reside la familia, la invitó al Vaticano, donde se alojó en la casa Santa Marta y por ello pudo asistir a la misa en la plaza de San Pedro durante la cual el Papa pidió a la muchedumbre que orara por la niña.

Interrogado sobre si sale el Papa de noche a visitar a los pobres, El Limosnero dio a entender que a Francisco le gustaría, como lo hacía cuando era arzobispo de Buenos Aires, pero que ahora entiende que ello provocaría problemas al Vaticano.

(Con información de The Associated Press y Milenio)

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