EFE
BUENOS AIRES, Argentina.- Ni Maradona ni Evita ni Gardel, grandes mitos de la historia argentina, lograron llevar tan lejos en tan poco tiempo el nombre de Argentina como lo ha hecho en los últimos días el Papa Francisco, querido y admirado por los fieles de su tierra y hasta ahora un extraño para el resto del mundo.

Con la elección del Sumo Pontífice, Argentina, un país ubicado en el "fin del mundo", tal y como recordó el mismo cardenal Jorge Mario Bergoglio desde el balcón del Vaticano minutos después de ser nombrado papa, se ha convertido en apenas una semana en el centro del planeta.

Desde que el Santo Padre se declarara amante del mate, el asado, el tango y el fútbol, estas señas de identidad argentinas han estado muy presentes en las calles de Roma y en los medios de comunicación internacionales.

La imagen del Papa Francisco con un mate -el recipiente donde se prepara la yerba con azúcar y agua- en la mano, regalo de una periodista argentina de la Santa Sede, saltó rápido a diarios y televisiones y, de ahí, a las redes sociales.

Pronto se supo que el entonces cardenal Bergoglio lo tomaba amargo y que solía hacerlo incluso mientras recorría las calles de los barrios de Buenos Aires.

El Papa Francisco es también un amante de la carne a la parrilla y del tango, que estos días sonó en los alrededores de la plaza de San Pedro

Por la especial afición del papa a esa infusión, la presidenta de Argentina, Cristina Fernández, le obsequió con un "kit" completo compuesto de termo, matera, azucarera, yerbatera y bombilla.

El "set" de mate fue elaborado en una cooperativa argentina y más concretamente por la artesana Raquel Morales. Fue toda una sorpresa "de la que todavía no caigo", comentó.

"Le gustó a la Presidenta y al papa. No puedo pedir más", dijo Morales.

Como buen porteño, el Papa Francisco es también un amante de la carne a la parrilla y del tango, que estos días sonó en los alrededores de la plaza de San Pedro en espontáneos conciertos en honor al Pontífice.

Igualmente es fanático del fútbol, y concretamente del San Lorenzo, uno de los cinco equipos grandes del campeonato argentino junto a Boca Juniors, River Plate, Rácing e Independiente.

Sin embargo, y gracias al Papa Francisco, el centro del mundo católico, la plaza de San Pedro, se vistió con los colores azul y grana del equipo argentino en los minutos previos a la ceremonia de asunción del nuevo Pontífice, realizada este martes.

Pero antes de que los aficionados agitaran hoy en directo una gran bandera en el Vaticano, al paso del "papamóvil" las imágenes del cardenal Bergoglio con camisetas y banderines, e incluso la de su carné de socio del San Lorenzo ya habían recorrido las redes sociales de medio mundo.

El interés que ha despertado la elección, por primera vez en la historia de un papa latinoamericano, y la proyección mediática de la figura de Francisco no se le escapa a nadie.

Sus propios compatriotas dicen con orgullo: "Es nuestro, sí, pero se lo prestamos al resto del mundo".

Igualmente emocionado se mostraba hoy el presidente de la Corte Suprema, Ricardo Lorenzetti, tras asistir en Roma a la ceremonia de asunción junto al resto de la delegación argentina.

"Varios presidentes de otros países se acercaron y nos dijeron que ahora la Argentina está en el centro del mundo; me sentí orgulloso", dijo Lorenzetti a través de su cuenta de Twitter.

Pero la expectación que ha levantado la elección del nuevo papa sigue un camino de ida y vuelta.

Durante los últimos días Buenos Aires se ha convertido en el centro de peregrinación no solo de miles de fieles llegados, incluso de otros países, sino también cientos de medios de comunicación que han movilizado a sus corresponsales para descubrir e informar sobre quién es Francisco.

Televisiones japonesas, italianas, australianas, estadounidenses, polacas, alemanas, británicas o francesas, entre otras, se han convertido, junto a las emisoras latinoamericanas, en una estampa ya habitual por las calles de la capital argentina.