Estoy viejito y quería descansar, ahora iré por la presidencia: Lula

Durante su declaración por el caso de Lava Jato, el ex mandatario se mostró irritado y dijo que buscará de nuevo la presidencia en 2018.

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El ex presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva (der), y el presidente del Senado, Renan Calheiros, tras salir de un desayuno con senadores de la base aliada del gobierno, en Brasilia, Brasil. (Agencias)
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Agencias
RÍO DE JANEIRO, Brasil.- El ex presidente Luiz Inácio Lula da Silva negó cualquier irregularidad, ante preguntas de la policía federal, el pasado 4 de marzo y, en un alegato final, dijo que se presentará a las elecciones de 2018.

Según la transcripción del interrogatorio al que Notimex tuvo acceso este lunes, en las más de 100 páginas del interrogatorio de Lula, de quien la policía sospecha participó en la trama de la Lava Jato, están las tres horas y media de interrogatorio, en la que el ex líder sindical expresa su indignación con algunas de las preguntas y ataca a grupos mediáticos brasileños, a la fiscalía y a la policía.

“Lo que están haciendo conmigo va a hacer que cambie de postura, estoy viejito, quería descansar, voy a ser candidato a la presidencia en 2018”, dice Lula, minutos antes de terminar el interrogatorio en la comisaría del aeropuerto de Congonhas de Sao Paulo.

“Tendrán que tener el coraje de hacerme inelegible. Porque es lo siguiente: tengo una historia de vida, mi mujer con 11 años de edad ya trabajaba como empleada doméstica, y ¿mi mujer tiene que ir a prestar declaración por una porra de apartamento que no es nuestro?”, dijo irritado ante las preguntas del policía sobre la propiedad de un tríplex (Casa o vivienda que consta de tres plantas superpuestas y que están conectadas entre sí N.de la R.) en la localidad balnearia de Guarujá, en Sao Paulo.

Si la propiedad del tríplex –que Lula niega pero la fiscalía de Sao Paulo le atribuye- provocó indignación en el ex mandatario, también expresó rechazo cuando fue preguntado por la finca en Atibaia, que investigadores sospechan que también puede ser de la familia Lula, aunque en escrituras no conste así.

Durante el interrogatorio, el ex líder sindical expresó su indignación con algunas de las preguntas y atacó a grupos mediáticos brasileños, a la fiscalía y a la policía

“Me irrita ver a un comisario de la policía federal preocuparse con una barquita a pedales”, respondió Lula cuando el interrogador le pregunta por qué en la finca de Atibaia había dos barcas para niños con los nombres de dos de sus nietos.

En su declaración ante la policía, que es interrumpida varias veces por el ruido de manifestantes fuera de la comisaría, Lula rechaza cualquier acusación de irregularidad en la gestión de las donaciones a su Instituto Lula o por el pago de conferencias por parte de empresas constructoras investigadas en Petrobras.

La investigación Lava Jato reveló que entre 2011 y 2014 el Instituto Lula recibió 20.7 millones de reales (unos cinco millones de dólares) de cinco empresas constructoras cuyos ejecutivos están imputados o investigados en la trama corrupta en torno a Petrobras.

“Cuando dejé la presidencia de la República el 1 de enero era el presidente de la República considerado el mejor de inicio del siglo XXI. Bueno, pues cuando dejé la presidencia, todas las empresas de conferencias (...) me enviaron emails, telegramas, invitaciones, porque querían ser mi agentes”, dijo Lula, quien señaló “todas mis conferencias costaban exactamente 200 mil dólares, ni más ni menos”.

Reveló también que había que alquilar un avión privado, y no vuelos comerciales, para sus desplazamientos por conferencia, y se comparó con el ex presidente estadunidense Bill Clinton.

“Tomamos un valor de (referencia de las conferencias) de Bill Clinton y dijimos lo siguiente. ‘Hicimos más que él, entonces merecemos al menos lo mismo´”, dijo el exmandatario.

Considerado el ‘padre' de las mejoras de vida para 30 millones de brasileños pobres, Lula está siendo investigado en la Operación Lava Jato y, en un proceso aparte, fue acusado por la fiscalía de Sao Paulo por lavado de dinero por ocultación de patrimonio y falsedad ideológica.

En la segunda causa, la Justicia debe decidir si admite a trámite el pedido de la fiscalía de prisión preventiva para el ex presidente.

La trama de Lava Jato

La Operación Lava Jato (Operación lavado de autos) inició en julio de 2013 cuando la Policía Federal de Curitiba investigaba una red mediana de lavado de dinero que operaba desde Brasilia y Sao Paulo. Los policías encargados jamás imaginaron que Petrobras estaría involucrada en dicha red, ni tampoco la magnitud de dinero que se desviaba.

Marcio Anselmo, el comisario que lideraba la investigación, estaba atrás de Habib Chater, un famoso cambista que operaba desde hace años en Brasilia. Luego de revisar miles de operaciones bancarias, los policías descubrieron un esquema de empresas irreales y transferencias sin justificación. 

Chater mantenía vínculos muy cercanos con Alberto Youssef, un experto en lavado de dinero con precedentes en el 2004 en otro caso de corrupción. Youssef fue la llave que delató las conexiones que esta red de corrupción mantenía con Petrobras.

Los inspectores llegaron a Petrobras porque les resultó curioso que Youssef comprara un carro valorado en 115 mil dólares a nombre de Paulo Roberto Costa, exdirector de abastecimiento de la petrolera estatal. El carro era un regalo para Costa y se justificaba por el presunto pago de “servicios de consultoría” con miles de facturas por ese concepto.

Los presuntos sospechosos transferían grandes sumas de dinero a través de una red de más de cien empresas “fantasmas” y centenares de cuentas bancarias que enviaban millones de dólares a China o Hong Kong. 

Esas compañías simulaban importaciones y exportaciones con el único propósito de recibir o transferir dinero, sin comercio de productos o servicios. El dinero provenía de negocios de contrabando y desvío de recursos públicos –en este caso, por contratos a través de Petrobras-.

La operación Lava Jato apareció en la esfera pública luego que Costa y Youssef llegaran a un acuerdo de colaboración con la Justicia y se convirtieron en delatores a cambio de una reducción de pena. 

La información que Costa y Youssef revelaron hicieron que la investigación adquiriera proporciones nacionales e internacionales, con sospechas de implicación hacia políticos y empresarios de gran poder en el país, entre ellos Lula da Silva. 

(Fuente: www.gkillcity.com)

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