Estrés y radiación: Así se limpia la planta nuclear de Fukushima

La historia es bastante preocupante dentro de los edificios del reactor de la planta de Fukushima Daiichi, en Japón.

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Estrés y radiación: Así se limpia la planta nuclear de Fukushima. (Foto: Reuters)
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Catorce años después del desastre nuclear en la planta de Fukushima Daiichi, en Japón, los niveles de radiación han disminuido considerablemente en muchas áreas. Hoy, los trabajadores pueden moverse por gran parte de las instalaciones con ropa normal y sólo usando mascarillas quirúrgicas.

La historia es muy diferente dentro de los edificios del reactor, especialmente en los tres que sufrieron daños severos por el terremoto y tsunami de 2011. Allí, la seguridad es máxima: mascarillas completas con filtros, guantes y calcetines de múltiples capas, cubiertas para zapatos, overoles herméticos con capucha, chaquetas impermeables y cascos.

A medida que avanza la tarea de retirar los escombros de combustible fundido, un proceso que podría extenderse por más de un siglo, los trabajadores enfrentan no solo altos niveles de radiación, sino también un intenso estrés psicológico.

El reactor de la Unidad 1 y la tubería de escape compartida por las Unidades 1 y 2 de los reactores, en la planta nuclear Fukushima Daiichi. (Foto: AP)
El reactor de la Unidad 1 y la tubería de escape compartida por las Unidades 1 y 2 de los reactores, en la planta nuclear Fukushima Daiichi. (Foto: AP)

La misión es retirar 880 toneladas de combustible fundido

Uno de los mayores retos es el desmantelamiento de los reactores dañados. En noviembre, un robot extensible con pinzas logró extraer con éxito un pequeño fragmento de combustible fundido del reactor número 2, tras varios intentos fallidos por fallos en el equipo.

Este primer paso marca el inicio de una tarea titánica, que consiste en remover al menos 880 toneladas de combustible mezclado con estructuras colapsadas dentro de los tres reactores dañados. Akira Ono, jefe del desmantelamiento de Tokyo Electric Power Company (TEPCO), señala que incluso esta pequeña muestra ha proporcionado información valiosa. 

Sin embargo, se necesitarán más análisis antes de iniciar la remoción masiva de escombros en la década de 2030.

En las próximas semanas, una nueva misión intentará llevar el robot más adentro del reactor 2, hasta la zona donde el combustible nuclear sobrecalentado cayó del núcleo.

Un trabajo de alto riesgo

Dentro del reactor 2, los niveles de radiación siguen siendo peligrosamente altos. Aunque la descontaminación ha reducido significativamente la radiación en el área, sigue siendo necesario trabajar en turnos de apenas 15 a 30 minutos para minimizar la exposición.

Los trabajadores, además de operar el robot, deben empujarlo manualmente dentro y fuera del reactor. Por desgracia, la visibilidad reducida por las mascarillas, la dificultad para respirar y moverse con los trajes de seguridad, y la torpeza causada por los guantes de triple capa hacen que la tarea sea extremadamente complicada.

La misión también enfrenta problemas técnicos. En una reciente operación, los trabajadores tuvieron que detenerse cuando descubrieron que los tubos destinados a empujar el robot estaban mal ensamblados. Además, una de las cámaras del robot falló debido a la alta radiactividad y tuvo que ser reemplazada.

Preocupación de los trabajadores aumenta con los años

Aunque la dosis de radiación recibida por los trabajadores sigue estando por debajo del límite de 100 milisieverts en cinco años, la preocupación por la seguridad ha ido en aumento. Una encuesta anual entre 5 mil 500 empleados reveló que cada vez más trabajadores temen los riesgos de exposición. 

En 2023, dos empleados sufrieron quemaduras tras ser salpicados con lodo contaminado en una instalación de tratamiento de agua.

Hiroshi Ide y Yasunobu Yokokawa, veteranos de la emergencia de 2011 y ahora líderes de equipo, trabajan para hacer que las operaciones sean más seguras.

Expertos advierten que el desmantelamiento de Fukushima apenas ha comenzado y que los problemas técnicos y de seguridad podrían extender el proceso más allá del objetivo inicial de 2051. De hecho, la remoción de escombros ya acumula un retraso de tres años y muchos obstáculos aún no tienen solución clara.

Con información de AP 

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