Familia del terrorista de Nueva Zelanda pide la pena capital

"Para alguien que acaba con las vidas de tantas personas, merece lo mismo", dijo su prima.

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Brenton Tarrant, de 28 años de edad. (Internet)
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Agencia
WELLINGTON, Nueva Zelanda.- Donna Cox es prima de Brenton Tarrant, el joven de 28 años que el viernes pasado llevó a cabo una masacre contra dos mezquitas en la ciudad de Christchurch, en Nueva Zelanda, dejando un saldo de 50 muertos. En medio del dolor por lo ocurrido, la mujer australiana brindó una entrevista al canal local Sunday Night, emitido por la cadena Seven Network.

Consultada sobre qué espera que ocurra con Brenton tras la masacre, no dudó: "Se merece la pena de muerte por lo que ha hecho. Y me duele decirlo porque es familia".

"Pero, para alguien que acaba con las vidas de tantas personas, merece lo mismo", agregó.

Cox sostuvo que sólo una persona "con la mente retorcida" podría hacer algo así y comentó que si tuviera a su primo enfrente simplemente le preguntaría "¿por qué?". "Él no fue criado así", manifestó la mujer, oriunda de Nueva Gales del Sur, al asegurar que la familia del tirador era "muy respetada" en esa comunidad.

La familia reveló que desde chico, Brenton tenía gusto por las armas. (Internet)

Cox recordó, en tanto, que de niño Brenton estuvo obsesionado con las armas y los videojuegos violentos.

En diálogo con Europa Press, la abuela del terrorista, Marie Fitzgerald, de 81 años, relató que ella solía cuidar del acusado y de su hermana cuando eran niños. Contó que Brenton era "un nene normal" al que le gustaban los videojuegos, pero aclaró que nunca mostró evidencias de que pudiera hacer algo así.

Según Marie, la muerte del padre de Brenton, en 2010, generó un quiebre en su personalidad. Desde entonces, el joven comenzó a viajar por Europa: "Desde que viajó al extranjero creo que este chico ha cambiado completamente al chico que conocimos".

Las autoridades estiman que en esos viajes el joven forjó visiones extremistas y un odio profundamente arraigado por la inmigración no blanca. Sentimiento que incluso demostró cuando fue llevado a la Corte, donde hizo un gesto supremacista.

"Si lo viera, lo golpearía en la cara tan fuerte como pudiera", dijo su abuela.

"Tengo el corazón roto, estoy destrozada. Lo odio tanto ahora mismo. Si lo viera, lo golpearía en la cara tan fuerte como pudiera", aseguró a Daily Mail Australia una familiar del tirador, bajo anonimato.

"Él no fue educado para ser racista, nadie lo hizo de esta manera", añadió.

Mientras tanto, Tarrant volverá a comparecer ante el Tribunal Superior de Nueva Zelanda el 5 de abril, cuando se espera que se presenten cargos adicionales en su contra.

(Internet)

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