Dibujos violentos... 'el reflejo' de Guatemala en los niños

La gran mayoría de los niños (un 84%) habló detalladamente de la violencia.

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Los dibujos de estos niños ponen color a un presente violento, y hacen pensar en un futuro difícil y oscuro. (RT)
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Agencia
Guatemala.-Secuestros, agresiones físicas, consumo de drogas, violencia en el entorno familiar, asaltos, humillaciones... las escenas dibujadas por los alumnos de quinto y sexto de primaria de dos centros educativos de Guatemala constituyen un espantoso y explícito reflejo del impacto que la violencia cotidiana tiene en la mente de los más pequeños.

Los dibujos son el resultado de un ejercicio sencillo: a los alumnos se les pidió que elaboraran una redacción y luego realizaran un dibujo, todo ello bajo el título "Qué es la violencia para mi".

Las obras de los niños han resultado impactantes, y reflejan la normalización que produce la convivencia con los hechos violentos.

En concreto, se trata del Centro Educativo Dr. Bloem en Sacoj Mixco y de la escuela oficial del asentamiento La Paz en Villa Nueva. Participaron 89 niños de entre los 10 y los 13 años.

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Tal como señala la prensa local, a muchos de estos menores el ejercicio les permitió expresar realidades difíciles de confesar: violencia doméstica en su hogar, familiares drogadictos o la frustración y el miedo que sienten cada vez que tienen que salir de casa o cuando no pueden hacerlo.

La gran mayoría de los niños (un 84%) habló detalladamente de la violencia, y tan solo un 16% aseguró que no se sienten afectados o atemorizados. la mayoría de los niños son residentes en las llamadas 'zonas rojas' de Guatemala, áreas deprimidas con altísimas tasas de criminalidad, donde la violencia y la delincuencia son tan frecuentes que sus habitantes se ven obligados a escuchar disparos a diario, y los menores tienen que resignarse a permanecer encerrados en sus casas o a toparse con cadáveres de camino a la escuela.

De los 89 participantes 54 admitieron que sienten miedo cuando salen a jugar a la calle. Uno de los pequeños contó que cuando sale a jugar a la pelota, su balón cae con frecuencia en un barranco cercano, y no lo puede recuperar "porque allí siempre hay muertos tirados". Otros cuentan que sus padres simplemente no les permiten poner un pie fuera de casa.

Todos estos dibujos traslucen una realidad muy difícil de digerir: la violencia está presente en todos los ámbitos de la vida de estos menores. La violencia intrafamiliar es muy frecuente. Doce de ellos contaron episodios de violencia dentro de su propia casa, y uno de ellos llegó a confesar que teme que un día su padre asesine a su madre. Hablamos de un entorno especialmente duro: en los últimos seis años se han registrado nada menos que 42 asesinatos de menores a manos de sus propios padres.

Al crecer rodeados por tanta violencia, en zonas donde los asesinatos y las adicciones son realidades cotidianas, existen muy altas probabilidades de que estos niños acaben vinculados con algún grupo delictivo. Maras, bandas del narcotráfico y otras organizaciones criminales suelen captar a miembros menores de edad, con pocos recursos económicos y criados en familias desestructuradas o directamente vinculadas a la delincuencia.

Los dibujos de estos niños ponen color a un presente violento, y hacen pensar en un futuro difícil y oscuro. Al mismo tiempo, se muestran al mundo para que el impacto que producen obligue a una reflexión sobre el tipo de sociedad en el que se ven obligados a crecer.

 

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