Guerra entre Israel y Hamás derramó sangre inocente
Una tercera parte de las víctimas por el conflicto son niños menores de 16 años, entre ellos varios bebés.
Agencias
RAFAH, Franja de Gaza.- La víctima más joven tenía cuatro días. La mayor, 92 años. Ambas son parte de al menos 844 palestinos que murieron en los bombardeos aéreos israelíes de viviendas de Gaza durante la guerra del verano pasado con Hamas.
Las reglas de la guerra estipulan que las viviendas son sitios ocupados por civiles que no deben ser atacados a menos que sean usadas con fines militares.
Israel dice que las casas que bombardeó eran blancos legítimos, donde combatientes palestinos escondían armas, guerrilleros o que eran usados como centros de comando. Los palestinos afirman que los aviones israelíes con frecuencia no tenían en cuenta a los civiles en sus ataques.
The Associated Press analizó 247 ataques, entrevistó a testigos, visitó los sitios bombardeados e hizo un recuento detallado de víctimas.
Comprobó que 508 de los muertos -aproximadamente el 60%- fueron niños, mujeres y ancianos, todos presumiblemente civiles. Hamas asegura que no usa mujeres en los combates y una agrupación de investigación basada en Israel, el Centro de Información sobre Inteligencia y Terrorismo Meiri Amit, que rastrea los combatientes que cayeron en combate, dice que no tiene evidencias de que las mujeres participen en combates.
Además:
- Un tercio de las víctimas fatales, 280, eran niños menores de 16 años, incluidos 19 bebés y 108 de entre uno y cinco años.
- Hubo 83 ataques en los que murieron tres o más miembros de una familia.
- Entre los muertos hubo 96 (11 combatientes o sospechosos de realizar tareas militares, aunque la cifra podría ser más alta dado que las organizaciones armadas no han suministrado todavía listas de bajas.
- Las 240 víctimas restantes fueron hombres de entre 16 y 59 años, cuyos nombres no aparecen en las búsquedas en portales de combatientes ni en carteles callejeros homenajeando a los combatientes caídos.
Tema controversial
El estudio de The Associated Press es el esfuerzo más detallado que se ha hecho hasta ahora para tratar de determinar quiénes fallecieron en los bombardeos de casas. Tanto el ejército israelí como los combatientes de Gaza se han negado a suministrar información sobre sus blancos y sus bajas.
El estudio abarca todos los bombardeos de que se tiene noticias, aunque no siempre hubo testigos y los daños no siempre permitieron sacar conclusiones firmes.
La cantidad de bajas civiles ha sido un tema controversial en torno a la guerra de 50 días.
Los combates comenzaron en julio, un mes después de una escalada de tensiones desatada por el secuestro y asesinato de tres adolescentes israelíes por parte de Hamas en la Margen Occidental del río Jordán y por una serie de arrestos de partidarios de Hamas hechos por los israelíes. Los enfrentamientos pasaron a ser una guerra total cuando comenzaron a caer en Israel cohetes provenientes de Gaza.
Israel dice que trató de evitar bajas civiles a pesar de que Hamas escondía a sus combatientes en zonas residenciales.
"Nuestra posición es muy clara. Israel no cometió crímenes de guerra", dijo el portavoz del Ministerio de Defensa israelí Emmanuel Nahshon.
Los palestinos, por su parte, sostienen que Israel hizo un uso desmesurado de la fuerza e ignoró despiadadamente a los civiles.
Si la mayoría de los muertos son civiles, "no se les puede decir daños colaterales", expresó Hanan Ashrawi, portavoz palestina.
Solo blancos legítimos
El presidente palestino Mahmoud Abbas pidió a la Corte Penal Internacional que investigue la guerra, iniciativa que podría despejar el camino para enjuiciamientos tanto de Israel como de Hamas.
Expertos en legislación internacional dicen que la gran cantidad de bajas civiles no constituye en sí una prueba concluyente de que hubo crímenes de guerra. Pero "plantea interrogantes y hace pensar que hay que investigar más" lo sucedido, expresó Alex Whiting, ex funcionario de alto rango de la Corte Penal Internacional de La Haya, Holanda.
Israel no ha dicho cuántos de sus 5,000 ataques aéreos tuvieron viviendas como blanco. Se limita a afirmar que en todos los casos hubo blancos militares legítimos.
Cuando se le pidió que comentase el estudio de AP, un portavoz del ejército israelí, el teniente Peter Lerner, dijo que "no se pueden sacar conclusiones tan amplias" examinando un pequeño porcentaje de los ataques israelíes.
Reuven Erlich, ex oficial de inteligencia de Israel, cuestionó la confiabilidad de los testigos de Gaza y dijo que solo expertos militares pueden determinar lo que sucedió en cada ataque.
Según cifras preliminares de las Naciones Unidas, al menos 1,483 civiles palestinos murieron durante la guerra y representaron el 66% de las bajas fatales, que fueron de 2,205.
Combatientes palestinos dispararon 4,300 cohetes y morteros hacia Israel, de acuerdo con la cuenta de los israelíes. Decenas de miles de israelíes tuvieron que abandonar sus casas y buscar refugio. Cinco civiles israelíes, incluido un niño de cuatro años, fallecieron, junto con 67 soldados.
Activistas e investigadores de la ONU han dicho que las tácticas de Hamas, incluidos los bombardeos indiscriminados a territorio israelí, constituyen crímenes de guerra.
Víctimas civiles
La AP analizó casos en los que la gente murió en su casa o en patios cercanos. La cuenta excluye los ataques de artillería, cuyas consecuencias son imposibles de precisar.
A partir de noviembre tres periodistas visitaron la gran mayoría de los blancos, entrevistaron a los sobrevivientes y reunieron cientos de certificados de defunción, que Israel reconoce como prueba de que alguien falleció.
La víctima más joven, Shayma Sheik Ali, murió cuatro días después de que el cuerpo de su madre, quien estaba encinta, fuese sacado de entre los escombros de su casa en el campamento de refugiados de Deir el-Balah.
Se le hizo una cesárea, según parientes, y la mujer falleció el 29 de julio, de acuerdo con su certificado de defunción.
La víctima más anciana, Abdel Karim Abu Nijem, de 92 años, murió junto con un hijo, tres nietos y otros tres parientes en un ataque a su casa del campamento de refugiados de Jebaliya. La Yihad Islámica confirmó posteriormente que dos de sus combatientes murieron en ese ataque.
Un sobrino aseguró que la familia no fue notificada de que iban a bombardear la casa. "Nos hubiéramos ido", expresó Mohammed Abu Nijem, cuya esposa Soha, de 29 años, y su hija Ragheb, de tres, murieron en el ataque.
Los militares israelíes dicen que informan a la gente sobre ataques inminentes cuando pueden, mediante llamadas telefónicas, "golpeando a la puerta" o con proyectiles que no son explosivos, y que suspendió algunos ataques porque había civiles en las inmediaciones.
Investigación independiente
En enero los palestinos acudieron a la Corte Penal Internacional, abriendo las puertas para posibles investigaciones de Israel y de Hamás. Un fiscal de la Corte inició un estudio preliminar y deberá decidir si se justifica una investigación formal.
Los militares israelíes dicen que están haciendo una investigación transparente de cualquier exceso que puedan haber cometido sus fuerzas.
Organizaciones de derechos humanos dentro y fuera de Israel, no obstante, exigen una investigación independiente, aduciendo que los ataques fueron parte de una política emanada de las altas esferas y que los militares israelíes no pueden investigarse a sí mismos.