No vengué a mi padre por temor: hijo de Pablo Escobar

A la muerte del legendario narcotraficante, Sebastián Marroquín juró vendetta, sin embargo terminó por abandonar Colombia y rehacer su vida.

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Sebastián Marroquín, quien años atrás se llamaba Juan Pablo Escobar y es hijo del legendario narcotraficante, confesó que en la adolescencia juró vengar la muerte de su padre. Después se arrepentiría. (Archivo AP)
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Agencias
LONDRES, Inglaterra.- En 1994 los narcotraficantes más poderosos de Colombia pusieron a Sebastián Marroquín, quien tenía 17 años y era hijo de Pablo Escobar, ante una disyuntiva: salir del país para siempre o enfrentarse a una muerte segura, escribe 'The Independent'.

"Después de que mi padre fue asesinado, juré venganza contra todos los responsables", recuerda Marroquín, quien ahora tiene años 38. Sin embargo, el hijo de Escobar se retractó de dicha promesa "con un arma apuntando a mi cabeza", según ha confesado. "Más tarde mi madre, mi hermana y yo nos fuimos a Argentina, para no volver jamás", explica.

La infancia de Juan Pablo Escobar, su nombre anterior, coincidió con el auge de su padre como un enemigo público, tanto en Colombia como en Estados Unidos. Sin embargo, la decisión de no vengar a su padre no solo se debió al miedo a las represalias, sino a los efectos del narcotráfico. "El tráfico de drogas destruyó a mi familia. Nos dio el mundo, y luego se lo llevó", sostiene Marroquín en declaraciones a 'The Independent'.

"Mi padre todavía tiene muchos enemigos. Los rivales del narcotráfico, por supuesto, pero también 'la gente decente' que le ayudó a llegar a la cima: políticos, comandantes de policía, funcionarios militares", explica el hijo de Escobar.

El nuevo camino

Este arquitecto, esposo y padre de una hija, ha pasado los últimos 20 años tratando de escapar de la sombra de su padre, y ahora viaja por el mundo para hablar públicamente sobre la reforma de la política de drogas y la prevención de la violencia, indica el artículo. 

En 2009 participó en un documental y decidió escribir el libro sobre su versión de los hechos. "Es una historia que necesita ser contada" -dice- "para que Colombia y otros países no repitan el mismo error".

Sobre México, sostiene que va en la misma dirección que Colombia en la década de 1980. "La historia se repite. En la época de mi padre, los señores de la droga mexicanos fueron siervos de los colombianos. Ahora, ellos son los que ejercen el poder", dice Marroquín.

(Información de RT)

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