Setenta y cinco personas han perdido la vida y 103 están desaparecidas debido a las graves inundaciones que han azotado el estado brasileño de Rio Grande do Sul en los últimos siete días, según informaron las autoridades el domingo.

El desastre ha dejado al menos 155 personas heridas y obligó a más de 88.000 a abandonar sus hogares. Unas 16.000 personas se encuentran refugiadas en escuelas, gimnasios y otros albergues temporales.

Las inundaciones han causado una gran devastación, con vías intransitables y puentes colapsados en todo el estado. Las empresas han reportado cortes de electricidad y comunicaciones, mientras que más de 800.000 personas se encuentran sin agua, según la defensa civil.

En Bento Gonçalves, un anciano enfermo fue rescatado en helicóptero, mientras que en Canoas, los habitantes formaron una cadena humana para rescatar a personas en botes.

El río Guaiba alcanzó un récord de 5,33 metros el domingo por la mañana, superando los niveles registrados en las inundaciones de 1941.

El gobernador estatal, Eduardo Leite, calificó la situación de "devastadora" y comparó la necesidad de reconstrucción con el Plan Marshall.

El presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, visitó la zona afectada acompañado de varios ministros, mientras que el papa Francisco expresó sus oraciones por las víctimas.

Estas inundaciones, las cuartas en el último año, se deben en parte al fenómeno climático de El Niño, que ha causado fuertes lluvias en el sur de Brasil. Los científicos advierten que el cambio climático está exacerbando estos eventos extremos.

(Con información de AP)